Tanto leer libros de cocina vegana, tanto leer libros de cocina vegana, que al final una acaba inventando recetas algo más elaboradas que las que me inventaba anteriormente… Y salen exquisitas. No es porque sea una creación propia. No se cocina en wok, por cierto: el wok lo usé para hacer la foto porque ya no me quedaban más cuencos limpios y bonitos disponibles (cuando me mude y tenga una cocina adecuada para cocinar, en la que no tenga que sacar todos los cacharros para ponerme manos a la obra, voy a ser la mujer más feliz del mundo porque no cocinaré cada tres fines de semana y me daré la gran paliza, sino que podré hacer las cosas poco a poco… Porque me mudo: ¿os he dicho que me mudo? Pues me mudo a una casa con una terraza inmensa en la que pretendo plantar, a ver si sé, perejil, salvia, cebollino, tomillo, romero y todas las hierbas aromáticas que se me ocurran).
Los anacardos hay que remojarlos o bien toda la noche o al menos dos horas antes de ponerte a hacer la receta.
Ingredientes para 4 raciones:
- 80 gramos de tomates secos
- 3 dientes de ajo
- 1 cebolleta grande
- 60 mililitros de vino tinto
- 400 gramos de champiñones
- 1 rama de apio
- 80 gramos de anacardos
- 230 gramos de caldo vegetal
- 115 gramos del líquido en el que remojaremos los tomates
- 1 cucharada de aceite de oliva
Preparación:
Ponemos los anacardos a remojo: los cubrimos de agua y los dejamos así dos horas o toda la noche en la nevera.
En un cazo, ponemos agua a hervir, colocamos los tomates en un bol y, cuando el agua hierva, la echaremos encima de los tomates para hidratarlos. Tapamos con un plato y dejamos reposar un cuarto de hora.
Ahora, preparamos los ingredientes: pelamos los ajos, les quitamos el germen y los prensamos o los picamos muy finos. Esto va en gustos: a mí el ajo a rodajas no me gusta nada, me dan arcadas, así que lo pico lo más minúsculo que puedo. El apio también lo picamos muy fino después de haberle quitado los hilos (se hace muy fácilmente con un pelaverduras). Pelamos y picamos la cebolleta.
En una cacerola, ponemos a calentar la cucharada de aceite. Añadimos la cebolleta picada y el apio, a fuego medio, y dejamos que se hagan, removiendo de vez en cuando, durante 10 minutos.
Mientras tanto, preparamos los champiñones. Les cortamos la parte del tallo que está terrosa y los limpiamos con un paño húmedo. No se mojan, porque absorben mucha agua y luego esa agua se tiene que evaporar y tardaría siglos y siglos (lo sé, me ha ocurrido y acabé colándolos -eso fue antes de aprender estas cosas-).
Al cabo de los diez minutos, agregamos el ajo, revolvemos durante 30 segundos y añadimos los champiñones. Subimos el fuego y dejamos que se hagan. Tardan de 5 a 7 minutos y el líquido que sueltan se tiene que evaporar.
Mientras tanto, sacamos los tomates con una pinza y los picamos. Reservamos el líquido. Agregamos los tomates a la cazuela y añadimos el vino tinto. Dejamos que dé un hervor y que se evapore.
Podemos ir haciendo la crema de anacardos. En una batidora potente ponemos los anacardos escurridos, el líquido de cocción de los tomates (115 gramos) y 230 gramos de caldo vegetal. Batimos bien hasta que quede una especie de salsa que parece como nata. Queda un poco granulosa: depende de la potencia de tu batidora, podrá tardar hasta 5 minutos en estar lista.
Cuando el vino se haya evaporado, vertemos la salsa en la cazuela, removemos muy bien, subimos el fuego y dejamos que espese un ratito (yo lo tuve unos cinco minutos, removiendo). Ahora se le puede añadir a la pasta y también se le puede agregar la proteína que queramos (tofu, tempeh, seitán…).
Tengo ganas de probar esa técnica vegana de usar anacardos u otro fruto seco remojado como base para salsas y cremas, tiene que estar buenísima! Además, los champiñones y el tomate seco aportan tantísimo sabor que dudo que un carnívoro eche de menos otros ingredientes ;).
Oh, mudanza! Ánimo que son duras, pero si la nueva casa tiene más espacio y encima terraza, seguro que la harás con ganas 🙂
Un abrazo
Yo tengo pendiente de publicar una receta (de Isa Chandra, again) con pipas de girasol. Es una maravilla, la verdad: queda una salsa muy sedosa y con el punto justo de exotismo…
La mudanza me la voy a tomar con muuuuuucha calma, que además tengo los exámenes de inglés. La nueva casa tiene una terraza inmensamente grande, una parte cubierta y otra sin cubrir y creo que voy a ser muy feliz allí.
Peazo de recetón, hija mía!!. El día que te arranques a inventar despacito con tus hierbas aromáticas y demás…nos vas a dejar impresionados!!. Me encanta la receta, de verdad, y ánimo con la mudanza, seguro que merece la pena!!
Está muy rica, esta salsa, la verdad. Bueno, yo creo que los champiñones están ricos con casi todo… 🙂
Tengo muchas ganas de mudarme, sí, sí.
Esta la hago muy pronto, gracias!
Un apunte sobre la limpieza de los champiñones: si los pelas (la piel sale sola, es muy fácil) no tienes que limpiar la cabeza 😉
Sí, a veces los pelo. Pero alguna vez me ha quedado tierrilla pelándolos y todo, así que les paso el papelito húmedo y ya está… 🙂