Gazpacho japonés

¿Conocéis esos propósitos de nuevo año que todo el mundo, yo incluida, se hace en algún momento entre una y otra resaca navideña? Yo me hago uno al mes: cocinar una receta o dos todos los fines de semana, para luego no darme la paliza de mi vida. Paliza que logra que no tenga ganas de entrar en la cocina ni para abrir un brick de leche de soja. Una paliza en la que, además, no he hecho tanto, porque, de verdad, yo soy muy lenta cocinando.

Gazpacho japonés
Gazpacho japonés

Y además, mi cocina solo tiene libre, sin muebles en la pared, la zona de la vitrocerámica, así que, si uso la MyCook, la pongo encima (tengo unos protectores molones, que compré por los gatos) y, si uso la Instant Pot, también, con lo cual ya no puedo usar MyCook, fuegos, ollas lenta y rápida a la vez… Y se me quemaría la comida de hacerlo, supongo.

Que adoro las sopas frías no es ningún secreto. Y que adoro a Mark Bittman quizá lo sea más, porque creo que nunca he contado lo mucho que le adoro. Esto es suyo, de un reportaje que puso en el New York Times hace mucho tiempo y que yo os enlazo, porque aquí vais a ver muchos, pero no todos (el de pimientos me lo voy a ahorrar, gracias). Un gazpacho es la cosa más simple del mundo y la más agradecida, si los ingredientes son buenos, así que, ahora que están los tomates en pleno apogeo, cambiad de sabores. Yo lo he llamado gazpacho japonés porque tiene salsa de soja, aceite de sésamo y vinagre de arroz. Y he variado la receta porque meterle tanto cilantro… Adoro el cilantro, pero tiene un sabor muy pronunciado y me dio miedito. La próxima vez, lo haré con él.

Ingredientes para 6 raciones:

  • 1 kg de tomates de pera maduros
  • Un pepino mediano (unos 200 gramos)
  • 2 rebanadas de pan gorditas (unos 80 gramos. Yo uso integral)
  • 2 cucharadas de salsa de soja o de tamari, sin gluten
  • 2 cucharadas de vinagre de arroz
  • 2 cucharadas de aceite de sésamo tostado
  • Mark Bittman le pone 1/4 de taza (de las americanas) de cilantro, pero a mí se me olvidó
Gazpacho japonés
Gazpacho japonés

Preparación:

Se lavan bien los tomates y se pela el pepino. Se mete todo en la batidora y se bate bien. En la Mycook, como no pelo los tomates ni quito las semillas ni nada, lo pongo 5 minutos a velocidad progresiva 7-10 sin temperatura. Si vuestra batidora no es potente, lo pasáis después por el pasapurés y listo.

Aquí pongo el análisis nutricional para la receta entera que me pone la página de Chronometer. Ya iré actualizando las recetas con esto, cuando tenga tiempo, que, como podéis observar, ando bien escasa:

Ojo: no sabe a gazpacho tradicional. Si queréis gazpacho tradicional, esta receta es mejor.

Gazpacho japonés

Nuggets asiáticos de garbanzos y tempeh

Nuggets asiáticos
Nuggets asiáticos

Escribo esto el día del cumpleaños de Jandro. Su hija mayor siempre me recuerda las fechas importantes: todos los días 1 de cada mes me dice: tres, cuatro, cinco… los que han pasado desde que murió. Cuando se acercaba su cumpleaños, lo mismo. Conocí a Jandro casi un lustro antes de que ella naciera y jamás se me olvidó el 29 de marzo: le he llamado hasta a Rumanía para felicitarle.

Su hijo pequeño se ha hecho vegetariano. Ahora me manda fotos de sándwiches vegetales con atún entre los ingredientes: Bienvenido a mi mundo, le digo. Le ha dado por cocinar y come legumbres todos los días. Tiene 14 años. Espero que haga estos nuggets y me lo cuente después. La receta es de The Complete Guide to Even More Vegan Food Substitutions.

Nuggets de tempeh y garbanzos
Nuggets de tempeh y garbanzos

Ingredientes para 25 nuggets:

  • 330 gramos de garbanzos cocidos
  • 500 gramos de tempeh
  • 80 gramos de cebolla roja muy picada
  • 60 gramos de tahini
  • 3 cucharadas de zumo de limón
  • 3 cucharadas de vinagre de arroz
  • 2 cucharadas de aceite de sésamo tostado
  • 2 cucharadas de aceite de oliva o de girasol o de pepitas de uva
  • 2 cucharadas de miso blanco (yo uso siempre el que tengo abierto y era oscuro, que es más fuerte, pero queda riquísimo igual)
  • 2 cucharadas de salsa de soja o de tamari
  • 2 cucharaditas de sirope de agave
  • 8 dientes de ajo muy picados
  • 4 cucharadas de gluten de trigo
  • 4 cucharadas de harina integral
  • Aceite de oliva para pincelar los nuggets

Preparación:

Machaca los garbanzos en un bol. Desmenuza el tempeh en el mismo bol (ponedlo en un robot de cocina y lo haréis en un pispás). Añade la cebolla, el tahini, el zumo de limón, el vinagre de arroz, el aceite de sésamo y el de oliva, el miso, la salsa de soja, el sirope de agave y los ajos y mezcla muy bien con una cuchara de madera.

Ahora, espolvorea el gluten de trigo y la harina por encima y remueve otra vez para mezclar bien. Amasa con las manos para integrarlo todo, porque el tahini y el miso son espesos y quieres que todo sepa por igual.

Prepara una fuente (yo necesité dos) con papel de hornear. Coge dos cucharadas apretaditas de masa, dales forma de nugget (yo les di forma rectangular, que a saber cómo es la forma de los nuggets, si cada uno es de su padre y de su madre) y ponlos en la bandeja. Salen 25. Tapa con papel film y deja enfriar al menos tres horas o toda la noche. Así se ponen más compactos.

Precalienta el horno a 180º C.

Pincela los nuggets con aceite de oliva y hornéalos durante 15 minutos. Dales la vuelta (yo uso para ello dos espátulas finas de madera y lo hago rápido) y hornea otros 10 minutos más. Ya los puedes servir.

Lo que hay en el centro de la foto es salsa barbacoa de la marca MaryLee, que también la compro en Vegan Place. Sí, la salsa barbacoa tiene azúcar por un tubo: o jarabe, o sirope o lo que sea. Pero yo uso un pelín. Si no queréis azúcar, podéis hacerla con dátiles de forma casera: yo la tengo pendiente, pero algún día la haré.

Nuggets asiáticos de garbanzos y tempeh

Croquetas de garbanzos con salsa teriyaki

Croquetas de garbanzos con salsa teriyaki
Croquetas de garbanzos con salsa teriyaki

¿No sabéis qué hacer para la cena de Reyes? Pues estas croquetas (que son, en realidad, una especie de falafel, pero con los garbanzos cocidos en vez de crudos) con salsa teriyaki os pueden sacar del apuro, porque, si tenéis cocidos los garbanzos o los compráis de bote, se hacen en un pis pas. Si no tenéis cocidos los garbanzos y no queréis comprarlos de bote, puedes remojarlos en poco más de una hora, como conté en el post dedicado a las legumbres en la olla rápida. Una vez lavadas, pon las legumbres en una olla normal, añade agua para que las cubra unos 8 cm., lleva a ebullición y, una vez que hiervan, apaga el fuego, tapa la olla y deja reposar así durante 1 hora. Cuando transcurra la hora, ya las puedes usar. En olla rápida se cuecen en 14 minutos, con salida de vapor natural. ¿No sabes qué es? Lee este post donde explico cómo eliminar el vapor de la olla. La receta es de The Complete Guide to Even More Vegan Substitutions. Sí, tengo los dos que han sacado Celine Steen y Joni Marie Newman. Soy muy fan de las dos.

Ingredientes para 16 croquetas:

  • 3/4 cucharadita de almidón de maíz (Maizena, en España)
  • 75 ml (5 cucharadas) de agua
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 2 cucharadas de sake (yo no tengo sake, pero tengo mirin y usé mirin)
  • 2 cucharadas de tamari o salsa de soja
  • 400 gramos de garbanzos cocidos
  • 1 cucharada de tahini o de mantequilla de cacahuete cremosa
  • 1 cucharadita de aceite de sésamo tostado
  • 1 y 1/2 cucharadas de panko o pan rallado normal
  • 1/4 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 2 cucharaditas de zumo de limón
  • 1 diente de ajo grande muy picado
  • 2 cucharadas de chalotas muy picadas (yo usé dos chalotas y listo)
  • 2 cucharadas de perejil fresco o cilantro muy picados
  • 1/4 cucharadita de sal
  • 1 y 1/2 cucharadas de harina integral
  • Aceite de oliva para pincelar
Croquetas de garbanzos con salsa teriyaki
Croquetas de garbanzos con salsa teriyaki

Preparación:

En un bol pequeño, disuelve la Maizena en 1 cucharadita de agua. Ponlo en un cazo y añade 40 ml de agua (son 2 cucharadas más 2 cucharaditas) de azúcar, el sake o mirin y la salsa de soja o tamari. Cocina a fuego medio-alto hasta que sea un sirope, removiendo con frecuencia. Tardará unos 6 minutos. Reserva.

Precalienta el horno a 200º C. Prepara una bandeja con papel de hornear.

Pon los garbanzos en un robot de cocina y dale unos toques. No quieres hacer un puré, pero sí romperlos para que no quede ninguno entero. Ve parando y removiendo para que los de abajo no se hagan puré.

En un bol grande, bate 2 cucharadas de agua con el tahini o la mantequilla de cacahuete, el aceite de sésamo tostado y el zumo de limón. Añade los garbanzos, el ajo picado, la chalota, el perejil o el cilantro y la sal. Remueve bien para mezclarlo todo.

Ahora, añade el panko o el pan rallado normal, la harina integral y el bicarbonato sódico.

Remueve bien y amasa un poco. Divide la masa en 16 bolitas (como yo soy así, pesé la masa y cada bolita debía pesar 37,5 gramos: no soy tan exacta e hice unas de 37, otras de 40 y así). Pon las bolitas en la bandeja y echa aceite en spray o pincela. La masa es líquida, ojo, así que te puedes mojar las manos para hacer las bolitas si lo deseas. No chorreando, pero un poco húmedas y así no se te pega.

Mete en el horno 15 minutos. Saca la bandeja con ayuda de unas manoplas, para no quemarte y dale la vuelta a las croquetas. Hornea de 10 a 15 minutos más.

Saca y sirve con la salsa teriyaki.

Croquetas de garbanzos con salsa teriyaki

Salsa japonesa de cebolleta

Esto sabe a comida japonesa y ya está. Y ¿con qué se usa? Yo lo he comido con fideos soba, con tostadas de pan y con el arroz. En realidad, me hago un lío con la cebolleta, las escalonias, las chalotas y las cebollas dulces porque yo solo he visto cebollas y cebolletas en mi frutería y nada más. Si acaso, de vez en cuando, cebolla roja. Así que, aunque la receta original pide escalonias muy, muy picadas, yo las piqué normal y puse cebolletas. La receta está tomada de un libro que se llama Vegetarian Entrées That Won’t Leave You Hungry. Si se pica mucho mucho, se puede poner encima de verduras asadas también, como una salsita.

Ingredientes para 4 raciones:

  • Un manojo de cebolletas, partes verde y blanca, bien picadas
  • 2 cucharadas generosas de jengibre fresco picado
  • 1 diente de ajo pequeño picado
  • 3 cucharadas de aceite de pepitas de uva o cacahuete
  • 1 cucharadita de salsa de soja (o tamari, para hacerla sin gluten)
  • 3/4 cucharadita de vinagre de Jerez
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de aceite de sésamo tostado

Preparación:

Mezcla todos los ingredientes, remueve bien y deja reposar una hora antes de servir.

Se conserva una semana en el frigorífico en un tarro bien cerrado.

Más fácil imposible. Que en verano no apetece mucho encender fogones…

Salsa japonesa de cebolleta

La pastelería vegana – Las grasas. Capítulo V

Aceites, margarinas… Las grasas son fundamentales en la pastelería. Por ejemplo, las galletas suelen tener un porcentaje de grasas (y de azúcar) mayor que el de harina si las comparamos con otros productos. En Estados Unidos se utiliza una grasa que se llama «shortening» que es sólida a temperatura ambiente y que sustituiremos por margarina no hidrogenada. Las grasas hacen un trabajo especial en las masas. La mayoría de ellas contienen agua y esa humedad se expande cuando se calientan (por ejemplo, cuando las metemos en el horno) y ayudan a la acción de la levadura. También añaden sabor y consiguen que la masa sea suave y flexible. Las grasas sólidas, como la margarina, añaden aire a la masa cuando se baten (por eso veremos burbujitas) y esto hace que los pasteles adquieran consistencia y leven mejor. Generalmente se bate con azúcar para que los cristales del azúcar friccionen con la margarina y creen estas necesarias burbujas de aire que harán que vuestros pasteles sean sublimes.

Vamos a decirlo también: utiliza, siempre que sea posible, grasas ecológicas y que provengan de organismos no modificados genéticamente: los llamados transgénicos. Que una cosa es la selección de las especies y otra esto de mezclar genes como en las películas de ciencia ficción.

Aceite de oliva

Aceites

Aceite de canola

Aceite de canola.- Es aceite de colza, tiene un sinfín de propiedades pero en España no se usa porque hubo un problema alimentario con él. Lo sustituiremos por aceite de girasol o aceite de oliva de sabor muy suave. También puedes usar aceite de cártamo, que se encuentra en los herbolarios. Si yo lo encuentro en Extremadura, tú también puedes.

Aceite de oliva.- Es el rey de los aceites en los países mediterráneos. Usaremos, en Veganizando, siempre aceite de oliva virgen extra ecológico. Para repostería, puede ser de las variedades arbequina, hojiblanca o empeltre. Mejor arbequina o empeltre, de todos modos.

Aceite de cártamo

Aceite de cártamo.- El cártamo es una planta originaria de la India y este es el aceite que se extrae de ella. Debe ser sin refinar, para que mantenga sus extraordinarias propiedades. En los herbolarios suele ser ecológico.

Aceite de cacahuete

Aceite de cacahuete.- Es un aceite preparado mediante la cocción de los cacahuetes o mediante la extracción de la grasa de este fruto seco con una prensa hidráulica. Tiene un sabor suave y un color muy claro y aguanta altas temperaturas.

Aceite de pepitas de uva

Aceite de pepitas de uva.– Es muy sano también. Posee vitamina E y una alta concentración de ácido linoleico y ácidos grasos esenciales Omega 6 y Omega 3. Su sabor es suave.

Aceite de coco

Aceite de coco.- Escógelo no hidrogenado. Verás que es sólido, por cierto. Se solidifica a menos de 25 grados así que se puede usar como sustituto de la mantequilla. Si lo necesitas disuelto, en un tarro pon la cantidad de aceite que precises e introduce ese tarro en un bol de agua caliente.

Margarinas

Utilizaremos siempre margarina no hidrogenada. ¿Qué es esto? Lo explicamos. La margarina, normalmente (no usaremos mantequilla, porque proviene de la leche animal) se ha fabricado de dos maneras: hay margarina vegetal, compuesta por aceites vegetales exclusivamente, y la margarina «a secas», que puede contener alguna grasa animal o leche de vaca. Para que este aceite vegetal que tiene la margarina se transforme en algo sólido, se hidrogena: se le mete hidrógeno. Y este proceso genera que la margarina tenga grasas saturadas, que no son beneficiosas para la salud. Por eso la escogeremos no hidrogenada, que se encuentra en herbolarios y, en algunas ciudades, en grandes superficies. Si esa margarina, además, nos garantiza que los aceites que usa no son refinados y son de cultivo ecológico, mejor que mejor.

Margarina no hidrogenada

Algunas recetas piden que la margarina esté a una temperatura determinada. A temperatura ambiente quiere decir exactamente eso: sácala media hora antes del frigorífico, o una hora si hace mucho frío, para que se reblandezca un poco. Margarina suavizada es margarina que se ha introducido en el microondas a intervalos de diez segundos y que está suavita pero no derretida. La margarina derretida generalmente se refiere a eso: a margarina derretida en un cazo, a baja temperatura, o en el microondas, pero templada, no caliente del todo, sino enfriada (a temperatura ambiente, no vayas a meterla en el frigorífico otra vez, que se solidificará) y, por último, margarina fría quiere decir recién sacada de la nevera.

Sustituir la mantequilla.- Puedes sustituirla por la misma cantidad de margarina no hidrogenada o por la fórmula que da Isa Chandra Moskowitz en la segunda edición de su libro Vegan with a vengeance: por cada 1/2 taza de mantequilla que pida la receta, usa 1/3 de taza de mantequilla de coco suavizada, a temperatura ambiente + 2 cucharadas de puré de manzana (applesauce). Esta mezcla prevendrá que quede grasiento el pastel y añadirá algo de ligereza a tus pasteles.

NATAS

Hay nata vegetal y nata procedente de la leche. Son alimentos grasos: unos proceden de la grasa animal y otros son preparados vegetales. La nata se usa bastante en los postres: si en un postre piden nata, reemplazadla por nata vegetal.

Robin Asbell, en Sweet and Easy Vegan (¿os he dicho ya que tengo 900 libros de cocina vegana?) dice que la nata es «un poco más complicada de reemplazar». Aconseja que, cuando las recetas tradicionales pidan nata en salsas o en la masa (para masas que se vayan a hornear), la leche de coco o las natas vegetales funcionan bien.

Para nata montada, puedes batir nata para montar vegetal (que, por cierto, sube mucho, por lo visto) o usar, también montada, la nata que aparece en las leches de coco cuando las enfrías.

Aquí, en la página de Gastronomía Vegana, lo explican muy bien. Resumo:

  • Hay que elegir una lata de leche de coco con un alto contenido en coco (al menos un 50 por ciento).
  • No la agitamos, la abrimos y la dejamos abierta en la nevera toda la noche: al menos, ocho horas. Lo ideal es de 12 a 24. Planificar las recetas es fundamental, ya lo hemos visto.
  • Queremos solo la parte sólida, así que la sacaremos con una cuchara. Si volcamos la lata en un bol, adiós invento, porque mezclaremos lo sólido con lo líquido y ya no montará.
  • Hay que batirlo con un montaclaras o la batidora de varillas hasta que esté listo. Como la nata, tiene que estar bien frío, así que lo ideal es poner el bol con la nata de coco encima de otro bol con cubitos de hielo.
  • Déjala en la nevera hasta el momento de usarla. Si la dejas mucho tiempo, se solidifica y hay que volver a montar.
  • Se le pueden añadir sabores (colorantes en pasta, azúcar añadida poco a poco mientras batimos, siropes -los siropes son líquidos, así que con cuidado, como siempre, porque dejan la nata más licuada).
  • Cuando acabes de decorar los pasteles, déjalos en la nevera. Procura que tu nevera no tenga olores, por cierto. Grrr.

También puedes usar «nata de anacardos«. Pon anacardos crudos en un bol con agua, déjalos en remojo al menos cuatro horas y luego bátelos en una batidora con la suficiente agua como para que hagan una crema. Puedes usar también leche vegetal. Ve probando y añadiendo poco a poco. Lo puedes endulzar al gusto o añadirle sabores (extractos de vainilla, sirope de arce, etc) o colorantes.

Sustituciones

Muchas personas no quieren usar margarinas y se inclinan por los aceites. Algunos pasteleros no recomiendan esto y también advierten de que sustituir el shortening por margarina afectará a la textura de los pasteles y, a veces, a su sabor: pero, como en España, no encontramos el shortening y además tiene un 100 por 100 de contenido en grasas, no lo utilizaremos… y que sea lo que Dios quiera. Las margarinas son sólidas a temperatura ambiente, mientras que los aceites son líquidos, así que necesitaremos menos aceite que la cantidad de margarina que ponga en la receta. En muchas recetas, como las de los panes rápidos (quick breads) puedes sustituirlo: usa 1/3 de taza de aceite por cada 1/2 taza de margarina que use la receta. En masas de galletas, de todos modos, no se recomienda hacer esto.

De todos modos, como apunta Lucía en este post, en los comentarios, no es necesario usar mantequilla o margarina batida con azúcar para hacer un buen bizcocho. De hecho, el azúcar se puede sustituir perfectamente por stevia o por panela, aunque la panela no es apta para diabéticos.

Si queréis mantener una alimentación sana, sin grasas saturadas, lo mejor es buscar recetas que tengan aceite de oliva en lugar de mantequilla o margarina, por muy no hidrogenada que ésta sea.

La regla general es sustituir 1 medida de mantequilla por 3/4 medida de aceite de oliva (virgen extra de sabor suave). He cogido una tabla de sustituciones de esta página web: El dulce futuro del aceite de oliva.

Conversión de mantequilla a aceite de oliva extra virgen

Mantequilla Aceite de oliva
1 cucharita ¾ cucharitas
1 cucharada  2 ¼ cucharita
¼ taza 3 cucharadas
1/3 taza ¼ taza
½ taza ¼ taza + 2 cucharadas
2/3 taza ½ taza
¾ taza ½ taza + 1 cucharadas
1 taza ¾ taza
  Fuente: California Olive Ranch

De esta misma página, hemos sacado también unas indicaciones sobre la utilización del aceite de oliva en pastelería. 

En aquellas recetas de repostería que requieran mezclar la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa, será necesario modificar también el proceso de preparación para hacer más similar la firmeza de la mezcla cuando se utiliza aceite de oliva extra virgen. 

Una recomendación del chef italiano Luca Montersino es preparar una mayonesa. Sí, no es una broma. Es una una idea brillante en su sencillez y eficacia. El aceite de oliva, el agua y los huevos se emulsionan con una batidora de inmersión siguiendo el procedimiento de preparación de la mayonesa, y considerando que 1oo gramos de mantequilla o margarina es igual a 83 gramos de aceite más 17 gramos de agua. No se puede usar para la masa de hojaldre, pero así se consigue, según este chef, una grasa semisólida adecuada para muchas recetas, incluso para la receta de galletas de mantequilla.

Cómo medir las grasas

Los aceites son fáciles de medir. Se llena la taza o la cuchara hasta el borde, sin que se derrame, y ya está.

Para medir margarina, aquí tenemos los pasos que usan en la pastelería Sticky Fingers:

  • La margarina ha de estar a temperatura ambiente.
  • Usando una espátula pequeña de silicona, coge pedazos de margarina y ponlos, presionando, en la cuchara de medir o la taza hasta que no haya aire, bien apretadita.
  • Nivélalo con el borde liso de la espátula y luego saca la margarina de la taza o la cuchara con esa misma espátula, teniendo cuidado de aprovecharla toda.
La pastelería vegana – Las grasas. Capítulo V