
Esta receta pretende ser un risotto pero con arroz integral, que eso no es risotto ni es nada y está sacada de este libro de Ella Woodward, pero tuneada del todo, porque queda como sopa de arroz, básicamente. El arroz que venden en España no tarda 45 minutos, sino 20, para empezar. Y entonces se deshace y etc. etc. Y el caldo de calabaza hierve y salta y te quema la piel y tienes que pasar la bayeta por toooda la cocina… Un horror, vamos. Pero, como las dificultades no me arredran, me dije: esto hay que hacerlo de otra manera.
Antes, en una galaxia muy lejana, cuando no salía una receta a la primera, no la ponía en el blog y listo. Ahora ya sé qué falla y cómo se puede mejorar todo en esta vida, así que la cuelgo, porque su sabor es espectacular. Y sí: queda así de naranja. Y se puede congelar, porque el arroz integral se congela. Lo tiene todo.
Menos proteínas.
Todo el mundo sabe que la comida vegana no tiene proteínas.
Bueno, echadle nueces por encima. O comed tofu de segundo.

Ingredientes para 8 raciones:
- 360 gramos de arroz integral
- 780 ml de agua para cocer el arroz
- 60 ml de agua (1/4 taza) para hacer puré con la calabaza
- 1 o 2 cucharadas de vinagre de sidra, más un chorrito para el arroz (con 2 queda fuertecito, aviso)
- Una pizca (como 1/8 cucharadita) de hierbas provenzales secas, o una mezcla de tomillo, romero, albahaca y orégano secos)
- 2 calabazas cacahuete grandes (unos 2 kilos), peladas y cortadas a dados
- 2 cucharaditas de pimentón agridulce de La Vera
- 1 cucharadita de comino molido
- 2 cucharadas de levadura nutricional
- 1 cucharada de tahini
- El zumo de 1 limón
- sal
- pimienta negra

Preparación:
Precalienta el horno a 210º C.
Coloca los dados de calabaza en una bandeja grande, con un buen chorrito de aceite de oliva, el pimentón, el comino, sal al gusto y unos toques de pimienta negra recién molida. Ahora, dale vueltas para que se impregne todo bien. Es mejor usar las manos, por cierto. Hornea de 20 a 30 minutos, hasta que esté la calabaza: lo sabrás pinchando un par de ellas con un cuchillo. Si están blandas, es que están listas. Si no, déjalas un poco más.
Mientras la calabaza se hace, pon a cocer el arroz en tres veces su peso en agua. Esa es la ratio del arroz integral: 100 gramos de arroz integral, 300 ml de agua. Así que aquí necesitas 780 mililitros. Lleva a ebullición el agua, añade el arroz y pon el tiempo que marque el paquete, que en mi caso son 20 minutos. El agua se absorbe y listo.
Para cuando vaya terminando el arroz, la calabaza debe de estar lista ya. Coge un vaso de una batidora de inmersión, pon los 60 ml (1/4 taza) de agua, el zumo de limón, las tres cuartas partes de la calabaza asada, la levadura nutricional, el tahini y el vinagre de sidra y un poco de sal y tritura bien hasta que tengas una crema sin grumos.
Cuando falten tres minutos para que el arroz acabe, echa este puré, que estará caliente y no pares de remover para que se integre bien con el arroz. Si no remueves y hierve, salta y te quemas. Así que remueve. Porque, además de quemarte bien quemado (sí, me pasó la primera vez), sale disparado por toda la cocina. Así que remueve esos tres minutos, que no pasa nada por remover tres minutos de tu vida.
Añade el resto de la calabaza y sirve.
Lo puedes decorar con cilantro, pero yo pasé de decorarlo con cilantro porque creo que el sabor del plato es tan potente que no lo precisa.