Alubias pintas al estilo sureño

Sureño del sur de los Estados Unidos que, como todo el mundo sabe, tiene su propia comida, hecha de platos contundentes para recoger el algodón…

Yo me voy más al sur, un poco más al sur. Escribo esto el día de la muerte de Nicanor Parra. Hace mucho, mucho tiempo, cuando yo estudiaba en la Facultad y había salido de Badajoz para irme a Sevilla y en Badajoz poca gente leía los libros que yo leía y no encajaba con casi nadie, me encontré a un grupo muy amplio, cuyos integrantes llegaron poco a poco, con sus poemas propios y ajenos. Uno de ellos es este, David Eloy Rodríguez

La voz más bonita del mundo. Siempre se lo decía: qué suertuda la mujer que se despierte con tu voz:

Recitábamos mucho y nos abrazábamos mucho cuando recitábamos. Roque Dalton, Nicanor Parra, Mario Benedetti, Eliseo Diego, Xavier Villaurrutia, Borges, Tabucchi, Juan Gelman. Hay mucha gente que es tan tuya que, cuando se muere, te quedas sola. Aunque se muera con 103 años.

Aquí, como hacen los chilenos, mezclamos las cosas de poesía con las cosas del comer. Y, como este año yo me había propuesto comer muchas más legumbres (realmente no es así: lo que me he propuesto es que el 98 por ciento de mi ingesta de legumbres no sean garbanzos en todas sus formas), he cocinado alubias.

Alubias pintas al estilo sureño
Alubias pintas al estilo sureño

La receta es de Kathy Hester, de un libro maravilloso para la Instant Pot, que sí que le estoy yo sacando partido a la Instant Pot, que se llama Ultimate vegan cookbook for your Instant Pot.

Ingredientes para 16 raciones de las mías:

Para saltear:

  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • 240 gramos (1 taza y 1/2) de cebolla picada
  • 4 dientes de ajo muy picados

Para la olla:

  • 700 ml (3 tazas) de agua
  • 400 gramos de alubias pintas, sin remojar ni nada
  • 1/2 cucharadita de copos de chile
  • 1 cucharadita de humo líquido
  • sal al gusto
Alubias pintas al estilo sureño
Alubias pintas al estilo sureño

 

Preparación:

Enciende la Instant Pot y dale al botón de SALTEAR (SAUTÉ). Añade el aceite y saltea la cebolla durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando. Agrega el ajo y saltea 1 minuto más, removiendo bien.

Ahora, añade el agua, las alubias, el humo líquido y los copos de chile y remueve bien. Aquí se puede optar por añadir o no la sal. A ver: esto va en gustos. En teoría, la sal se añade al final de la cocción para evitar que la piel se endurezca. En la práctica, si guardáis en tuppers sin haberle puesto la sal nunca jamás, para ponérsela luego cuando sirváis, yo noto que la legumbre por dentro está sosa. Así que ahora he optado por apuntarme que no se me puede olvidar la sal. Porque se me olvida.

Pon la tapa en modo SELLADO (SEALING) y programa 45 minutos en MODO MANUAL a ALTA PRESIÓN (HIGH). Para ello, tendrás que darle a KEEP WARM/CANCEL y luego programar el modo manual. Son 45 minutos mínimo, pero depende de las legumbres: estas yo las tuve 10 minutos más. Deja que el vapor salga de forma natural, añade la sal, remueve con cuidado y, si quieres que la sal se tome bien, vuelve a darle al modo SAUTÉ y deja que se espese 5 minutos.

Yo las sirvo con arroz integral siempre, porque me encanta esa combinación. Luego, un puré de verduras o una ensalada y ya tienes la comida hecha.

Alubias pintas al estilo sureño

Puré de calabaza y patata

Uno de los fines de semana (el del 20) que me quedé en casa cocinando como una loca, en previsión de los planes que tenía hasta Dios sabe cuándo (a saber: conciertos en Badajoz y visitas de amigas que me iban a tener ocupados los primeros fines de semana de febrero, que es cuando yo cocino -no, aún no he sido capaz de cocinar los días de diario-), me puse mala con una gripe que por lo visto viene con vómitos incluidos. No hay peor enferma que yo en esta vida. No porque no haga nada mientras estoy enferma: soy capaz de limpiar areneros, hacer camas y cocinar. Es porque odio estar mala. Odio la incapacidad. Rescaté fotos antiguas que me pidieron: me las pidió mi amigo Ángel, a cuenta de una crisis personal que tuvo hace eones y en la que Jandro le ayudó. Me sigue pareciendo fascinante que, con todos los problemas de intimidad que yo tenía, haya conservado amistades que tienen casi 20 años de vida (con todos sus kilómetros, sus distancias, sus despedidas, sus parejas, hijos, amores, desamores). Ángel es de esos amigos que son tan cotidianos que son familia, al cabo. Hay poca gente de la que yo pueda decir esto.

Puré de calabaza y patata
Puré de calabaza y patata

Y, durante las casi dos semanas que me fui a Granada de entierros y demás, aproveché para copiar el libro de la Thermomix de Jandro, porque tengo mi MyCook infrautilizada y quiero darle muchísimo más uso. Así que, como adoro las cremas de verduras, copié esta receta, que adapté a MyCook y que es lo más simple del mundo. Pero yo siempre me recuerdo que este blog me sirve sobre todo a mí para no tener que buscar entre mis mil libretas de recetas dónde están las cosas…

Ingredientes:

  • 300 gramos de patatas en trozos
  • Un tomate cortado en cuartos
  • 80 gramos de cebolla cortada en dos (es media cebolla, más o menos)
  • 1 diente de ajo
  • 400 gramos de verduras variadas (yo solo eché calabaza en este puré, pero se le puede poner calabaza, puerro, judías verdes, zanahoria, nabo… lo que queráis)
  • 2 ramitas de perejil fresco
  • 1/2 cucharadita de sal fina
  • Una pizca de pimienta o copos de chile
  • 600 ml de agua
  • 20 gramos de mantequilla o aceite de oliva (yo uso aceite de oliva, pero también he usado alguna vez esta mantequilla, que compré para hacer dulces de Navidad que nunca hice y que algún día tendré que gastar)
Puré de calabaza y patata
Puré de calabaza y patata

Preparación:

Lo primero que hay que saber es que, si cortáis la verdura muy grande, sobrepasaréis la línea de MAX de la MyCook, así que lo más fácil es poner la verdura (es decir, la patata, el tomate, la cebolla, el ajo y las verduras variadas) y luego picarla unos 10 segundos a velocidad 7. Bajad los ingredientes del vaso con una espátula.

Añadid el perejil, la sal, la pimienta y el agua y programad 25 minutos a 100º C y velocidad 2. Quita el cubilete y pon, sobre la tapa, el cestillo invertido. Da unos golpes de TURBO y comprueba si ha quedado cremoso. Y ya se puede servir. Rectifica de sal, que dependiendo de las verduras con que lo hayas hecho, queda más o menos dulce.

Puré de calabaza y patata

Arroz rojo con calabaza y coco

Arroz rojo con coco y calabaza
Arroz rojo con coco y calabaza, en el mismo plato de siempre.

¿Por qué arroz rojo? Porque lo tengo caducado desde junio. Pero yo, si no está verde, me lo como todo. Y como ni está verde ni tiene bichitos y no me creo mucho las fechas de caducidad de los cereales y además lo cocí y se cocía en el tiempo marcado (el arroz viejo tarda más) e incluso en un poco menos y lo probé y está riquísimo (ahora solo espero que congele bien, porque está en el congelador), pues p’adentro. La receta es de Appetite for Reduction. Sí, de Isa Chandra Moskowitz, la mejor cocinera de la Tierra. He dicho. Y sí, vamos a ver: esto, sueltito y mono como en las fotos de los catálogos de comida, no queda. Esto queda así. Una plastita. Yo pongo la comida tal cual porque, entre que coloco el trípode y el plato, Huck comienza a lamer. No puedo hacer florituras ni lo puedo encerrar ni sacar de la habitación porque se estresa y me da penita. ¿Quién es Huck? Ya lo descubriréis.

Bueno, para qué vais a esperar:

Huck. Y su barriguita
Huck

Ya contaré su historia. Que tiene un final feliz porque me adora y lo adoro, aunque es un trasto. Pues este gatito se come mi comida. Qué quieren que le haga, si lo estoy criando bien… Así que, si antes no tenía tiempo para hacer las fotos, ahora mucho menos.

Ingredientes para 4 raciones:

  • 180 gramos (1 taza) de arroz rojo
  • 700 ml (3 tazas) de agua
  • Una pizca de sal
  • 1 kg de calabaza cacahuete
  • 2 cucharaditas de aceite de sésamo
  • 1 taza de chalota en rodajas. Yo estas cosas no las peso y le eché cuatro chalotas.
  • 1 cucharada de jengibre fresco rallado
  • 3 dientes de ajo picados
  • 1 cucharadita de ralladura de lima o limón
  • 1/4 cucharadita de copos de chile
  • 1/4 cucharadita de sal
  • 165 gramos (3/4 de taza) de leche de coco ligera o normal. Batidla antes, que solidifica: agitad la lata y listo
  • De 60 ml a 120 ml (de 1/4 a 1/2 taza) de caldo vegetal o de agua. Yo le eché agua y vamos que nos matamos.
Arroz rojo con calabaza y coco
Arroz rojo con calabaza cacahuete y leche de coco

Preparación:

Primero, precalienta el horno a 200º C para la calabaza. Mientras, cuece el arroz según las instrucciones del paquete. El arroz rojo se cuece con una medida de arroz por tres de agua durante media hora: primero, a fuego fuerte para que hierva y luego a fuego medio-alto para que no pierda el hervor.

Corta los extremos de la calabaza, córtala ahora por la mitad a lo largo, longitudinalmente, y quita las semillas y las hebras (algún día sabré qué hacer con las semillas, porque ahora las tiro, pero digo yo que se deben de poder aprovechar y es tan fácil como buscar en Google, cosa que aún no he hecho porque soy así de pava). Colócalas bocabajo en una bandeja cubierta con papel de hornear y ásalas 45 minutos, hasta que la pinches con un tenedor y esté blanda. Luego dejas que se enfríe un poco y ya la puedes pelar o sacar la carne con una cuchara.

Precalienta una sartén grande a fuego medio. Calienta el aceite y sofríe la chalota hasta que esté blandita, unos 7 minutos. Agrega el jengibre, el ajo, la ralladura de lima, los copos de chile y la sal y saltea, removiendo, otros 2 minutos. Ahora, pon el fuego a fuego bajo.

Saca la carne de la calabaza, o pelándola con un pelador o con una cuchara, y ponla en la sartén con la leche de coco. Ahora, coge un tenedor o un machacado de patatas y aplástala (¿comprendéis ahora la pinta del plato?). Tienes que conseguir una calabaza cremosa. O casi, porque ten en cuenta que hay chalotas por ahí que no se aplastan, así que la cremosidad es relativa. Agrega el arroz, remueve bien y añade el agua o el caldo vegetal. Comienza con poco y agrega, removiendo, hasta que veas que está a tu gusto, de 60 a 120 ml estará bien. Añade el zumo de lima o de limón, prueba de sal (queda dulce por la calabaza, pero a mí me gustó así) y sirve. Riquísimo.

Y sí: congela perfectamente. 😉

Arroz rojo con calabaza y coco

Sopa de boniato y coco tailandesa

Cuando llega el otoño, yo me lanzo a los boniatos (tardé mucho en comerlos: no tanto como otras verduras, pero también mucho: hasta los 18 o así no los probé, porque me los hizo mi amiga María en Sevilla, con canela y miel). Ahora ya no los como así, no como miel, y los prefiero en preparaciones saladas. Y los purés cremosos son mi debilidad, lo confieso. Porque me llenan mucho y porque, en cuanto pongo la manta en la cama, ya no me apetecen ensaladas frías y me apetecen verduras calientes. Por eso hay tantos purés por aquí. Qué ricos están. Esta receta es de The Happy Pear, un libro de dos hermanos gemelos que son vegetarianos y que tienen muchas recetas ricas (y en las que usan ingredientes que no son veganos, ojo: lo digo por si queréis optar por otro libro de los muchos que he reseñado aquí).

Ingredientes para 12 raciones:

  • 2 cebollas
  • 3 dientes de ajo
  • 2 zanahorias
  • 1/8 cucharadita de chile en copos, o al gusto
  • Un trocito de jengibre de unos 2 cm.
  • 900 gramos de boniato
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 2 tallos de hierba limón frescos (lemongrass) o 1/2 cucharadita seco (yo lo compré seco, en el Aldi)
  • 2 cucharaditas de sal
  • 1/8 cucharadita de pimienta negra, o al gusto
  • El zumo de 2 limones
  • 1 lata de 400 ml de leche de coco
  • 1 litro y 1/2 de caldo vegetal

Preparación:

Lava muy bien el boniato con un cepillo que solo uses para la comida. Pela y pica finos las cebollas y los ajos. Ralla el jengibre o pícalo muy fino también y pela las zanahorias: córtalas en cuadraditos, al igual que el boniato.

En una olla grande a fuego medio, pon el aceite a calentar. Agrega la cebolla y las zanahorias. Tapa la olla, ponla a fuego bajo cuando comience a estar calentito el aceite y veas que comienzan a hacerse las cebollas y cocina 10 minutos. Remueve de vez en cuando.

Agrega el lemongrass: si es fresco, machácalo con la hoja de un cuchillo, dándole un golpe seco. Si es seco, lo añades sin más. Añade también el ajo, el chile y el jengibre y cocina dos minutos removiendo. Incorpora el boniato, mueve bien, y ahora pon la sal, el caldo, la pimienta, el zumo de limón y la leche de coco. Sube el fuego, porque lo vas a llevar a ebullición. Cuando hierva, baja el fuego de forma que mantenga el hervor pero no a borbotones y deja cocer 15 minutos.

Si usas hierba limón fresca, quítala. Si no, ya puedes batir directamente en la olla con una batidora de inmersión. Si ves que está muy espeso, agrega agua. Yo lo dejé tal cual, porque me gusta el puré como para enfoscar y tampoco queda espesísimo.

Está muy rico. Sí, lo digo siempre. Pero es que si no está rico no cuelgo la receta…

Sopa de boniato y coco tailandesa

Salchichas desmenuzadas de tempeh

Tempeh sausage crumbles. Salchichas de tempeh desmenuzadas. Como cuando coges las salchichas de cerdo, las abres, quitas la tripa (que es la piel) y la desmenuzas. En España eso no se lleva mucho, pero en Florencia yo lo he visto. las ponen abiertas por la mitad o desmenuzadas encima de las pizzas. Y esto se puede usar igual: desmenuzado encima de las pizzas, con alguna salsa para la pasta, si haces tacos mexicanos alguna vez, como relleno de bocadillos o de tortitas o de pan naan o de pita… Creo que es la primera receta con tempeh que aparece aquí, porque a las otras que he hecho no les he hecho fotos. Imperdonable.

Esta receta es de Vegan with a vengeance, de la segunda edición, que es mucho más bonita que la primera y en la que cambian algunas recetas y hay más fotos. Con que solo hubieran puesto una, ya habría más, comparada con la primera. De todos modos, los dos son libros imprescindibles en cualquier buena biblioteca de cocina (cuyo dueño hable inglés). En cualquiera, ojo.

«¿Por qué lo llamas salchicha si no es una salchicha?» Porque sabe a salchicha. Y porque el aspecto recuerda a la salchicha cuando se desmenuza. Porque no hemos nacido veganos, sino en una cultura gastronómica concreta, en mi caso hipercarnívora, y «tempeh desmenuzado al hinojo y la mejorana» es una cosa que queda muy cursi. ¿Qué vas a comer? «Pasta con tomate y salchichas así, deshechas» versus «Pasta con tomate y tempeh desmenuzado al hinojo y la mejorana». Hemos crecido comiendo hamburguesas (cosas picadas aplanadas en forma redonda: las hay de carne y también de pescado, pero a las de pescado no se les dice ni mú), salchichas, chorizos y filetes. Usamos esas palabras también. Superadlo. En la última feria del libro de Badajoz, alguien me dijo: «Pero no lo llaméis hamburguesas»… Y de pronto, cuando yo iba a soltar toda esta retahíla, se escuchó: «No lo llames matrimonio«.

Por si alguien me lee desde allende los mares, esta frase («No es un matrimonio», «no lo llaméis matrimonio») se usó muchísimo por parte del Partido Popular, que es el partido conservador español, cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero quiso aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y, cuando alguien me pregunte, lo diré: «No lo llames matrimonio». Porque yo veo esto y pienso que es talmente carne picá.

Ingredientes para 3 raciones de las mías:

  • 400 gramos de tempeh
  • 4 cucharadas de semillas de hinojo enteras, molidas (después de medirlas) en el molinillo, parcialmente. Si no os gusta tanto el hinojo, porque es potentorro, poned 2 cucharadas
  • 2 cucharaditas de albahaca seca
  • 2 cucharaditas de mejorana seca o de orégano seco (yo usé mejorana)
  • 1 cucharadita de salvia seca
  • 1/2 cucharadita de copos de chile (copos de pimiento rojo)
  • 4 dientes de ajo picados
  • 4 cucharadas (60 ml) de salsa de soja (o tamari para los celíacos)
  • 2 cucharadas (30 ml) de aceite de oliva
  • El zumo de 1 limón (unos 50 ml)

Preparación:

Desmenuza el tempeh en una cacerola y añade agua hasta que casi lo cubra. Cuécelo a fuego medio-alto hasta que la mayoría del agua se haya evaporado (de 12 a 15 minutos). Esto se hace para quitarle el amargor al tempeh, que sin cocer o sin cocinarlo al vapor, está muy fuerte. Escurre el agua sobrante, agrega el resto de los ingredientes y cocina hasta que esté doradito, unos 20 minutos. Si haces la mitad de la receta, serán unos 10 minutos. De todos modos, esto lo tienes que ir viendo tú porque, cuanto más lo cocines, más líquido pierde y lo mismo te gusta más jugoso que a mí.

Esto es potente, ojo. Es decir, sabe especiado, así que es mejor mezclarlo bien con otras preparaciones. Por ejemplo, en una pizza con verduras quedaría genial. Con pasta y salsa de tomate, si le echas demasiado, puede resultar un poco abrumador (sobre todo, por el hinojo, que es una especia a la que los españoles -o al menos esta española que soy yo- no estamos muy acostumbrados). Para que resulte menos potente, hay que echar menos cantidad de hinojo. Con arroz también quedaría muy bien. Experimentad e id probando, porque yo lo mismo estoy diciendo que esto me resulta potente y vosotros lo probáis y decís: «pues no es para tanto». Ventajas y desventajas de tener paladares diferentes…

Eso sí: está muy rico. El tempeh, que es maravilloso.

Salchichas desmenuzadas de tempeh

Hamburguesa barbacoa

Una vez que el verano ha acabado y hay nuevas responsabilidades profesionales (sigo en el mismo sitio, pero con más trabajo), a mí lo de meterme en la cocina todos los días, no se me da. Porque no me da tiempo. Si no tengo comida hecha, las cenas me las apaño malamente: es decir, una tostada con hummus y, si tengo, verduras. Y, si no tengo, pues no pasa nada. Pero, como he comenzado a hacer deporte y he cambiado hábitos y tengo dos congeladores, ahora me organizo mejor: legumbres cocidas para un apaño, verduras en sus tuppers, bolsas de verduras congeladas por si acaso… y hamburguesas. Hamburguesas barbacoa.

En España, si pensamos en pizza, pensamos en tomate y orégano. En América, deben de pensar en cantidades ingentes de carne picada y salsa barbacoa, que es a lo que sabe esta hamburguesa, a pesar de que no lleva salsa barbacoa. En realidad, se llama «pizza burger» y está sacada de The Best Veggie Burgers on the Planet de Joni Marie Newman, con alguna modificación mínima, porque la masa queda muy líquida y la hamburguesa tarda en hacerse. Para prepararla, hay que hacer una crema agria de anacardos, que te da para 24 hamburguesas, así que yo hice la mitad y la otra mitad de la crema la guardé en papel film para otra vez. Son potentes. Es decir, tienen un sabor fuerte. No son aptas para comerlas solas sin nada más, que es como yo me como las hamburguesas. O quizá soy yo, que me está cambiando el paladar y, donde antes veía un turrón de chocolate riquísimo, ahora veo cacao malo y azúcar y, donde antes echaba un pelín más de sal o dos, ahora todo lo noto salado. Dicen que a la vejez el paladar cambia. No puede ser, que acabo de cumplir 40: cerebro, cuerpo, esperaos un poco más.

Ingredientes para 6 hamburguesas:

  • 100 gramos (1 taza) de soja texturizada fina
  • 1 cucharada de pimentón dulce de La Vera. O agridulce. Si os gustan las úlceras, usad picante, pero lleva pimienta y chile en polvo, vosotros veréis.
  • 1 cucharada de ajo en polvo
  • 1 cucharadita de semillas de anís enteras
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 1 cucharadita de albahaca seca
  • 1/8 cucharadita de copos de chile
  • 1/8 de cucharadita de pimienta negra
  • 2 cucharadas de humo líquido
  • 2 cucharadas (30 ml) de aceite de oliva + 60 ml (1/4 taza) más de aceite
  • 235 ml (1 taza) de agua
  • 210 gramos de gluten (1 taza y 1/2)
  • 1 lata de 170 gramos de tomate concentrado
  • 85 gramos (1/3 taza) de crema agria de anacardos

Para la crema de anacardos:

  • 200 gramos de tofu firme, prensado y escurrido
  • 30 gramos (1/4 de taza) de anacardos crudos, hechos polvo en un molinillo
  • 1 cucharada de vinagre de arroz
  • 1 cucharada de zumo de limón o de lima
  • 1 cucharada de shiro miso (miso blanco)
  • 1 cucharada de aceite de oliva

Preparación:

Yo hice primero la crema de anacardos. Pon todos los ingredientes en un robot de cocina o en una batidora potente: pon los líquidos abajo para que las cuchillas puedan moverse bien, porque la masa es densa y dura. Yo lo hice en el robot, porque lo intenté antes con una batidora normal de vaso y ni modo: el robot sí funciona, pero la batidora sufre un poco. Y no queremos que nuestros electrodomésticos sufran. Hay que batir hasta que esté muy cremosa. Luego, resérvala. Dura una semana en el frigorífico.

En un cacito, lleva el agua a ebullición. Mientras tanto, pon la soja en un bol, junto con la pimienta, el pimentón, el anís, la sal, el azúcar, los copos de chile, la albahaca seca y el ajo en polvo. Mezcla todo bien. Una vez hierva el agua, échala en el bol, da unas vueltas con una cuchara de madera, agrega 2 cucharadas de aceite de oliva y el humo líquido, remueve de nuevo, tapa el bol con un plato y deja reposar unos 10 minutos. Quita el plato y deja enfriar.

Cuando esté manejable, más bien frío, agrega el gluten, el tomate concentrado, el resto del aceite de oliva (los 60 mililitros) y la crema agria. Remueve con una cuchara de madera y luego amasa con tus manos. Deja enfriar del todo para que el gluten se desarrolle. Forma 6 hamburguesas (salen de 150 gramos cada una, bien gorditas).

Ahora puedes hacerlas de varias maneras. Yo tengo una parrilla eléctrica que tiene cuatro posiciones (la 4 es la más alta) y, después de mucho probar, descubrí que quedan perfectas teniéndolas 20 minutos al 3. En teoría, estarán listas, según Newman, con 5 minutos por cada lado a fuego medio-alto en una sartén con un pelín de aceite. A mí así me parece que el gluten queda crudo y que debe quedar más compacto. Pero esto va en gustos personales, porque a mí todo me gusta más bien duro. También se pueden hacer al horno, en una bandeja forrada con papel de hornear, durante 15 minutos a 180º C. Dales la vuelta al finalizar los 15 minutos y luego, ponlas otros 15 minutos más. Eso sí: se endurecen cuando se enfrían, porque se siguen cocinando un pelín. Yo, ya os digo, las hice a la parrilla. Pero estoy pensando que estas parrillas son muy buenas para hacer una tanda de verduras en nada de tiempo, pero no me quedo contenta con las hamburguesas, me parece que quedan siempre mejor en sartén o al horno.

Yo las aderezaría con verduras, porque ya os digo que estas hamburguesas barbacoa son fuertes de sabor. Vamos, que yo las metería en un pan con mucho tomate a rodajas y mucho verde por el medio. Y sin salsa, porque como llevan una cantidad buena de aceite, están jugosas y sueltan su grasilla.

Hamburguesa barbacoa

Magdalenas de tomates secos

Esto es un tuneo de una receta de Kathy Hester, que es otra de mis varias cocineras veganas favoritas. Están riquísimas frías o templadas, así que pueden ser una buena opción para llevarte una en el bolso, bien envuelta, si vas a uno de esos sitios perdidos en los que solo puedes pedir una ensalada para comer y el camarero no entiende que la quieras sin atún. Repito pocas recetas de este blog, porque hay tantas por hacer que me he tirado cuatro años con la alimentación más variada que he tenido en mi vida. Pero esta cae de nuevo veinte veces más fijo.

Ingredientes para 12 magdalenas:

Ingredientes secos:

  • 2 tazas (250 gramos) de harina de trigo integral
  • 1 cucharadita de polvo de hornear (es decir, lo que en España llamamos «levadura Royal»)
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/4 cucharadita de sal

Ingredientes húmedos:

  • 1 y 1/2 tazas (270 gramos) de alubias blancas cocidas, enjuagadas y escurridas si son de bote. Yo nunca uso de bote.
  • 1 taza (235 ml) de leche vegetal. Yo usé de avena, que es la que siempre tengo en casa.
  • 2 cucharadas de semillas de lino molidas (pesadas molidas, 15 gramos) mezcladas con 1/4 de taza (60 ml) de agua caliente. Deja reposar esta mezcla 10 minutos.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 taza de tomates secos en aceite (esto no lo pesé en gramos: lo hice a ojo)
  • 1/2 cucharadita de orégano seco
  • 1/4 cucharadita de romero seco
  • 1/4 cucharadita de copos de chile
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra
  • 1 taza (25 gramos) de hojas de albahaca fresca picada

Preparación:

Precalienta el horno a 180º C.

Engrasa un molde de muffins de 12 cavidades. También puedes usar papel de magdalenas. O moldes de silicona. Lo que tengas.

Mezcla los ingredientes secos en un bol.

Bate bien los ingredientes húmedos. Yo lo hice en el robot de cocina.

Ahora, echa los ingredientes húmedos en el bol de los ingredientes secos. Agrega el tomate bien picado y la albahaca bien picada y remueve. Tienes que mezclarlo todo con una cuchara de madera hasta que no veas harina, con movimientos envolventes. Se tarda nada y menos.

Rellena con esta mezcla, que queda compactita, los moldes de las magdalenas. Yo usé una cuchara de helado de las que tienen expulsor, pero puedes usar dos cucharas para ayudarte, también. Hornea de 20 a 30 minutos, hasta que una brocheta en el centro salga limpia. Yo lo tuve algo más de treinta minutos porque cada horno es un mundo. No os olvidéis del temporizador. Muy importante para que no se quemen las cosas. Nunca confiéis en vuestra cabeza.

Pero vamos, que lo digo por decir, porque a mí nunca se me ha quemado la comida

Magdalenas de tomates secos

Minestrone de verdinas

Como tengo verdinas para parar un regimiento, gracias a una de mis muy mejores amigas, que es asturiana y la tengo como dealer (qué fino queda en inglés lo de ser un traficante de drogas, oyes), resulta que me he pasado meses repartiendo verdinas a diestro y siniestro y también comiendo sin parar esta sopa, que está riquísima, pero qué diantres: la cocina es innovación. Así que, con la base de una minestrone cualquiera (porque a la minestrone le puedes echar lo que te dé la gana) y sin tomate, porque me voy a entomatar, hice esta sopita que está bien rica… y que no, no he sacado de ningún libro. Porque yo creo, ¿eh? Poco, pero creo. Y, cuando me digo: «Es que no te inventas recetas», me digo también: «Mari, tendrás que amortizar el dinero que te has gastado en las cuatro estanterías de libros veganos que tienes en casa». Así que váyase lo uno por lo otro. De hecho, tengo libros infrautilizados a los que les tengo que dar más oportunidades. He dicho.

Ingredientes para 4 raciones:

  • 180 gramos de verdinas puestas en remojo la noche anterior
  • 150 gramos de judías verdes
  • 30 gramos de cebolla cocida casi caramelizada (bueno, vale, podéis usar cebolla normal, pero hay que pocharla antes)
  • 350 gramos de calabaza, pelada y cortada en dados
  • 200 gramos de calabacín, pelado y cortado en dados
  • 1 litro de un buen caldo vegetal
  • 1 cucharada de Italian Seasoning (es decir, si no tenéis, 1/2 cucharadita de albahaca seca más 1/4 de cucharadita de orégano seco más 1/4 de cucharadita de tomillo seco).
  • Sal al gusto
  • Copos de pimiento rojo al gusto

Preparación:

Es más sencillo que nada. Se echan todos los ingredientes en la crock pot y no os olvidéis de la sal (echad poca, porque siempre se puede arreglar al final: de hecho, yo siempre la echo al final).

Se programa en HIGH de 7 a 9 horas. Y ya está. Yo las tuve nueve.

Y ahora, las preguntas, a las que me adelanto: ¿Por qué 9 horas en HIGH cuando hace nada las ponías de 6 a 8 horas y en LOW -que es la mitad de potencia-?

Pues porque mis verdinas están a punto de caramelo: esto es, cuanto más tiempo tiene una legumbre, más tarda en cocer. Así que, si las tenéis casi recién cogidas, ponedlo 6-8 horas en LOW y se os harán. Nunca dejéis las legumbres más de un año o año y medio, porque si no, no hay quien las cueza. O eso dicen, que yo no lo he comprobado…

Minestrone de verdinas

Crema de calabaza, zanahoria y boniato con vainilla

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Llega la Navidad y este entrante es magnífico. La idea está tomada de la página de Isa Chandra Moskowitz, pero la he tuneado bastante más de lo que yo suelo tunear las recetas., porque no tenía suficiente boniato, porque no iba a abrir otra calabaza que Dios sabe cuándo voy a volver a usar, porque tenía allí, en el frigorífico, corriendo peligro de pudrirse, unas zanahorias ecológicas muy naranjas… Así que aquí está la receta de esta crema riquísima, que queda espesa como a mí me gusta (eso siempre tiene arreglo: añadidle más agua si os gusta más clara). Sale cantidad suficiente para un regimiento.

Ingredientes para 8 personas:

  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cebolla no muy grande, cortada en trozos medianos
  • 2 cucharadas de jengibre fresco picado (un trozo de jengibre pelado de unos dos centímetros o tres)
  • ½ cucharadita de copos de pimiento rojo (copos de chile)
  • 600 gramos de boniato pelado y en trozos
  • 600 gramos de calabaza cacahuete, pelada y en trozos
  • 150 de zanahorias peladas y en trozos
  • 1 vaina de vainilla, abierta y con las semillas raspadas
  • ½ cucharadita de sal
  • 1 cucharada de sirope de arce
  • 2 cucharadas de zumo de limón o de lima
  • 1 litro de caldo vegetal

Preparación:

Calienta una cazuela grande con el aceite y saltea la cebolla unos 3 minutos. Incorpora el jengibre y los copos de chile y saltea un minuto, sin parar de remover. Agrega el boniato, la zanahoria y la calabaza con el caldo. Añade también las semillas de la vaina de vanilla con la vaina y lleva a ebullición. Una vez que hierva, tapa la olla, baja el fuego y cuece de 5 a 10 minutos, hasta que las verduras estén tiernas (depende de lo grandes que las hayas picado).

Saca la vaina de vainilla y bate con una batidora de inmersión (es una batidora de brazo de las de toda la vida, pero con unas cuchillas de plástico que se pueden meter en los cazos sin dañarlos). Si no tienes, espérate un poco a que se enfríe porque si no, saltará y bátelo con la batidora que tengas (Thermomix, Mycook, batidora de vaso…). Agrega el sirope, el zumo de lima y prueba de sal. Remueve y ya puedes servir, aunque si la haces con un día de antelación estará más rica.

Crema de calabaza, zanahoria y boniato con vainilla

Sopa de alubias blancas y hojas verdes

Uso muchos aparatos de cocina. La olla rápida, la crock pot, la Mycook, la picadora, el robot de cocina… Son estupendos para ahorrar tiempo y para tener comida casera siempre, porque, ya lo he dicho muchas veces, para comer bien hay que cocinar… y hay que planificar. Esta sopa está hecha en la olla rápida y, con adaptaciones, está sacada de Vegan Pressure Cooking, que considero imprescindible para saber sacarle el partido a la olla rápida. Cada olla es un mundo, así que los tiempos que aparecen en el libro son orientativos: mi olla tarda más. Eso hay que tenerlo en cuenta porque, cuando se hace por primera vez una comida en la olla rápida, hay que apuntar los tiempos que tarda tu olla en que las legumbres estén blanditas. La receta cunde mucho: yo la tuve que hacer en dos tandas, porque, cuando uno cocina legumbres y otros alimentos que producen espuma, es mejor no llenar la olla hasta arriba, sino solo hasta la mitad.

Ingredientes para 6 raciones:

  • 270 gramos de alubias blancas puestas en remojo toda la noche
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 4 dientes de ajo muy picados
  • 320 gramos de zanahoria a cuadritos
  • 160 gramos de cebolla picada
  • 120 gramos de apio picado
  • 140 gramos de champiñones limpios y picados
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharada de hierbas de Provenza
  • 1/8 cucharadita de pimienta negra
  • 1/8 cucharadita de copos de pimiento rojo
  • 1200 ml de caldo vegetal
  • 470 mililitros de agua
  • 65 gramos de tomate concentrado
  • 200 gramos de hojas verdes (yo usé espinacas, pero puedes usar espinacas, acelgas, rúcula, col rizada…)
  • 45 mililitros de zumo de limón
  • De 1 a 1 y 1/2 cucharaditas de sal

Preparación:

Enjuaga y escurre las alubias.

En la olla, sin tapar, calienta el aceite a fuego medio-alto. Añade el ajo, la cebolla, la zanahoria y el apio. Saltea, removiendo, durante 3 minutos. Agrega las especias y los champiñones y saltea de 3 a 5 minutos, hasta que los champiñones se hagan. Incorpora el caldo, el agua y el tomate. Mezcla. Ahora añade las alubias y las hojas verdes y mezcla otra vez.

Tapa la olla y cocina a alta temperatura (en la mía es el 2)… ahora viene el problema. En el libro pone de 6 a 8 minutos. Pero para mí esto es insuficiente. En mi olla son de 15 a 18 minutos. Es mejor quedarse corto e ir probando, porque si están duras, tiene fácil arreglo y, si se cocinan de más, se harán un puré. Que tampoco pasa nada porque puedes hacer un puré directamente batiendo la sopa entera y queda una comida riquísima. Aquí no se tira nada.

Deja que el vapor salga de forma natural. Si tras 10 minutos no ha salido todo el vapor, abre la válvula porque, si no, luego te costará mucho abrir la olla. Y mucho es mucho. Quita la tapa, agrega el zumo de limón y la sal, remueve y quita el laurel.

Yo prefiero dejarla menos tiempo y luego tenerla cociendo con la olla abierta y la sal unos 5 o 10 minutos: quedan mucho mejor las legumbres de esta manera.

Sopa de alubias blancas y hojas verdes