Crema cruda de champiñones y anacardos

Crema cruda de champiñones
Crema cruda de champiñones

Es otoño, ha tardado en llegar el frío y yo sigo programando entradas en el blog. Porque en noviembre solo podía cocinar un fin de semana, el primero del mes. Los demás los tenía completamente planificados, uno detrás de otro. Noviembre es un caos y, además, marca el final de mi año. Por estas cosas de la vida, consideré que mi 2016, que fue un año estupendo, acabó el día de la gala del FanCineGay, el 12 de noviembre. Este 2017 finaliza un día antes, el 11, sábado (las galas siempre son en sábado) y ha sido un año para olvidar, pero que, tristemente, no vamos a olvidar nunca.

El 12 de noviembre de 2016 mi padre estaba vivo. Mi mejor amigo estaba vivo. Mi primo hermano estaba vivo. Una de mis mejores amigas podía andar normalmente y correr detrás de sus hijos si quería. No había hecho unos exámenes agresivos para conservar un trabajo que amo como amo pocas cosas y de los que ni voy a hablar porque para qué: son perversos, por definición. No había miedo, ni necesidad de ser fuerte para que otros se apoyaran, ni había este aprender a vivir con las ausencias.

«Aquí había alguien que estaba y estaba, / que de repente se fue / e insistentemente no está», como escribió Wislawa Szymborska.

Y, en medio de todo esto, tuve polillas en casa que se comieron mis frutos secos y mis dátiles (son sibaritas, las cabronas: el mes que peor estoy de dinero porque se me rompió el móvil y porque tuve que llevar a Coyote a revisión, echadle a todo 650 euros) y me di cuenta de que había leído mal mi pauta dietética y que, donde ponía «raciones diarias», yo había entendido «raciones en cada comida». Me he estado poniendo hasta el culo.

Ojalá todos los males fueran tan solucionables como este.

Sí que establece bien claro que, como siempre, sea invierno, otoño o primavera, la mitad de las muchas verduras que ingieras al día han de ser crudas. Así que me hice esta crema cruda que es del libro Alimentación viva, muy recomendable.

Alimentación viva
Alimentación viva

Se puede tomar fría o caliente. También se puede congelar, pero sin el miso, porque el miso pierde propiedades si se congela. Pero eso no es problema: lo congelas, lo descongelas y le echas una mijita de miso. Yo lo tuneé, por cierto y no le eché la cebolla roja porque se me olvidó apuntarla (no me llevo libros a la cocina, que se me estropean).

Ingredientes para 4 raciones:

  • 250 gramos de champiñones bien limpios
  • 3 cucharadas de cebolla roja muy picada (no le puse)
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 1 cucharada de miso (el que queráis, yo usé miso de arroz integral)
  • 1 cucharada de salsa de soja o de tamari sin gluten
  • 150 gramos de anacardos crudos
  • 1/2 cucharadita de sal marina (la receta original pone 1, que a mí me parece excesivo)
  • 1 cucharada de romero fresco (el romero sabe mucho y yo le puse unos toquecitos de romero seco, porque, si no, sabe a pasto)
  • 700 ml de agua
Crema de champiñones y anacardos
Crema de champiñones y anacardos

Preparación:

Coge una batidora bien potente y bátelo todo hasta que sea una crema, excepto el romero, que se lo añadirás al final. ¿Hace frío y la quieres caliente? Echa agua caliente en lugar de agua fría: a no más de 46 grados (que ya es estar caliente, ojo). Yo lo que hago es calentarla en una kettle (un hervidor de agua, vamos: uso la palabra en inglés porque la primera vez que la vi, la tenía una amiga en nuestro piso de estudiantes, la había comprado en Londres, aquí ni existían y ya lo de llamarla en español no me sale: las cosas del idioma son así) y luego esperar unos cinco minutos y batir. También puedes echar la crema en una taza y calentarla en el microondas un minuto, que no va a hervir (el miso tampoco puede hervir, ojo, porque pierde sus propiedades -es un probiótico-. Yo en la MyCook lo tuve 4 minutos y medio a velocidad progresiva 6-10 sin temperatura. Si queda algún trocito, pues lo batís otra vez un poco y listo.

Crema cruda de champiñones y anacardos

Magdalenas de tomates secos

Esto es un tuneo de una receta de Kathy Hester, que es otra de mis varias cocineras veganas favoritas. Están riquísimas frías o templadas, así que pueden ser una buena opción para llevarte una en el bolso, bien envuelta, si vas a uno de esos sitios perdidos en los que solo puedes pedir una ensalada para comer y el camarero no entiende que la quieras sin atún. Repito pocas recetas de este blog, porque hay tantas por hacer que me he tirado cuatro años con la alimentación más variada que he tenido en mi vida. Pero esta cae de nuevo veinte veces más fijo.

Ingredientes para 12 magdalenas:

Ingredientes secos:

  • 2 tazas (250 gramos) de harina de trigo integral
  • 1 cucharadita de polvo de hornear (es decir, lo que en España llamamos «levadura Royal»)
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/4 cucharadita de sal

Ingredientes húmedos:

  • 1 y 1/2 tazas (270 gramos) de alubias blancas cocidas, enjuagadas y escurridas si son de bote. Yo nunca uso de bote.
  • 1 taza (235 ml) de leche vegetal. Yo usé de avena, que es la que siempre tengo en casa.
  • 2 cucharadas de semillas de lino molidas (pesadas molidas, 15 gramos) mezcladas con 1/4 de taza (60 ml) de agua caliente. Deja reposar esta mezcla 10 minutos.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 taza de tomates secos en aceite (esto no lo pesé en gramos: lo hice a ojo)
  • 1/2 cucharadita de orégano seco
  • 1/4 cucharadita de romero seco
  • 1/4 cucharadita de copos de chile
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra
  • 1 taza (25 gramos) de hojas de albahaca fresca picada

Preparación:

Precalienta el horno a 180º C.

Engrasa un molde de muffins de 12 cavidades. También puedes usar papel de magdalenas. O moldes de silicona. Lo que tengas.

Mezcla los ingredientes secos en un bol.

Bate bien los ingredientes húmedos. Yo lo hice en el robot de cocina.

Ahora, echa los ingredientes húmedos en el bol de los ingredientes secos. Agrega el tomate bien picado y la albahaca bien picada y remueve. Tienes que mezclarlo todo con una cuchara de madera hasta que no veas harina, con movimientos envolventes. Se tarda nada y menos.

Rellena con esta mezcla, que queda compactita, los moldes de las magdalenas. Yo usé una cuchara de helado de las que tienen expulsor, pero puedes usar dos cucharas para ayudarte, también. Hornea de 20 a 30 minutos, hasta que una brocheta en el centro salga limpia. Yo lo tuve algo más de treinta minutos porque cada horno es un mundo. No os olvidéis del temporizador. Muy importante para que no se quemen las cosas. Nunca confiéis en vuestra cabeza.

Pero vamos, que lo digo por decir, porque a mí nunca se me ha quemado la comida

Magdalenas de tomates secos

Salsa de calabaza para pasta

¿Tenéis una crock pot pequeña? Yo adoro este invento. Para los días en los que uno está ocupadísimo, la preparación de las comidas suele durar menos de un cuarto de hora (si ya habéis comprado los ingredientes) y, si la ponéis por las mañanas, a la hora de comer (bueno, depende de dónde comáis, que yo como en el trabajo), ya lo tenéis todo listo. Las legumbres quedan exquisitas, enteras, melosas… Y las salsas también. Y los caldos. Y todo.

Si hay una biblia en lo que a cocina vegana en crock-pot se refiere, ésa es Kathy Hester. En español y en cocina omnívora tenemos a Marta Miranda, que además escribe en ese blog impagable llamado El Comidista. A mí me encanta su humor. Me gusta la gente con humor. Al grano, que me enredo. La calabaza. La adoro. Hay varias recetas en el blog, como estos rollitos templados, este puré con canela insuperable, este puré de calabaza con jengibre y manzana, una minestrone con verdinas, más verdinas (estilo Claudia), estas verduras a la canela… o esta crema para las Navidades. Esta salsa que voy a poner ahora es una salsa para pasta, de la señora Hester, of course, que se hace en una crock pot pequeña.

También vale para verduras o para hamburguesas o para cualquier cosa a la que le queráis echar una salsa con sabor a calabaza, tomillo y romero…

Ingredientes para algo más de 500 gramos:

  • 1 y 1/2 tazas (210 gramos) de calabaza cortada en cubitos. Yo usé cacahuete, pero podéis usar cualquier variedad que tengáis.
  • 1/2 taza (90 gramos) de tomates picados
  • 1 y 1/2 tazas (355 ml) de agua
  • 2 dientes de ajo muy picados
  • 1 y 1/2 cucharaditas de tomillo seco (o menos, esto va al gusto)
  • 1/2 cucharadita de romero seco
  • 1/4 taza (25 gramos) de levadura nutricional
  • De 1/2 a 1 taza (de 120 gramos a 235 ml) de leche vegetal, si es que hace falta
  • Sal
  • Pimienta

Preparación:

Usa la crock-pot pequeña o amplía la receta en dos o tres cantidades, si es que tienes una olla lenta más grande. Eso sí: el agua no la dobles del todo. Ten en cuenta que la crock-pot no deja evaporar el agua, así que tienes que añadir solo la mitad más. Aquí tienes más consejos.

Pon la calabaza, los tomates, el agua, los ajos picados, el tomillo y el romero en la olla lenta y cocina de 7 a 9 horas en LOW.

Bate la salsa con la levadura nutricional. Si ves que queda muy espesa, añade leche vegetal. Si te gusta muy espesa, no hará falta. Yo usé 120 ml de leche de avena porque la quiero usar para otras cosas, además de para pasta.

Pruébala y agrega sal y pimienta al gusto.

La puedes servir con pasta y verduras (con brócoli, espinacas, acelgas…) queda muy rica.

Salsa de calabaza para pasta

Albóndigas

Mis primeras albóndigas. Y además tienen pinta de albóndigas. Que no se diga. Y textura de albóndigas. Y están tremendas.

Se pueden usar como las albóndigas normales; es decir, solas o con salsa de tomate (casera mejor: mi favorita es esta, pero también tenemos esta otra y esta otra. La especiada creo que está demasiado especiada (a ver: hay gente que la ha probado y dice que le encanta: a mí la salsa de tomate me gusta espesísima, primero, y luego que sepa solo a tomate, nada más. Si acaso, un poco de orégano. Pero cuando pica, ya me echa para atrás). Midiendo la masa con una cuchara de helado me salieron 29 albóndigas justas, pero esto, como todo, depende de cómo las hagáis. Yo las hice tamaño albóndiga, no tamaño pelota de fútbol. Si las hacéis más grandes, habrá que ponerlas más tiempo en el horno.

Porque esta receta lleva horno. Habréis visto pocas recetas así en el blog… porque el horno se me estropeó, así que he estado meses y meses sin utilizarlo. Y eso que es uno de mis electrodomésticos favoritos. Sí, gasta electricidad, qué se le va a hacer. Pero yo no lo noto mucho en la factura cuando le meto tralla, la verdad. La receta es de The Homemade Vegan Pantry, que se está transformando en uno de mis libros favoritos. Sin duda.

Ingredientes para 29 albóndigas, hechas con una cuchara de helado que mide 1 cucharada:

  • 1 cebolla muy picada (hazlo con un procesador de alimentos, o picadora, si tienes)
  • Aceite de oliva para saltear las cebollas
  • 225 gramos de champiñones, limpios y en cuartos
  • 2 cucharadas de tamari o salsa de soja (si eres celíaco, tamari)
  • 1 cucharada de miso de garbanzos o miso blanco
  • 2 tazas de arroz integral cocido (es decir, 280 gramos de arroz ya cocido: el peso es del arroz cocido, no seco y cocido después)
  • 1 taza de lentejas cocidas (190 gramos)
  • 1/4 taza (70 gramos) de tomate concentrado
  • 3 cucharadas (15 gramos) de levadura nutricional
  • De 4 a 6 dientes de ajo muy picados
  • 1 y 1/2 cucharaditas de albahaca seca
  • 1 cucharadita de romero fresco picado o 1/2 cucharadita de romero seco
  • 1/2 taza de avena en copos (60 gramos). Si eres celíaco, que no tengan gluten.
  • 1 taza de nueces molidas o 1 y 1/2 tazas de pan rallado. Si eres celíaco, sin gluten o nueces. Yo usé pan rallado y son 210 gramos.
  • Si usas pan rallado, 2 o 3 cucharadas de agua. Yo eché 3, que son 45 mililitros.

Preparación:

Precalienta el horno a 180º C y prepara dos bandejas forradas con papel de horno.

Calienta una sartén a fuego medio y saltea las cebollas, o en seco o con un poco de aceite. Yo eché una cucharada de aceite. Hazlo hasta que comiencen a pegarse un poquito (algo más de 10 minutos). Ten preparado un vaso de agua con una cuchara dentro para ir echando después cucharadas de agua y evitar que se pegue todo a la sartén. Si te hace falta, añade un pelín de agua.

Mientras las cebollas se hacen, pica muy menudos los champiñones en una picadora o procesador de alimentos. No quieres hacer un puré, pero sí dejarlos con la textura de la carne picada.

Cuando las cebollas estén, agrega los champiñones bien picados y saltea hasta que pierdan el agua (serán unos 7 minutos o más, depende). Agrega la salsa de soja y el miso, remueve y aparta del fuego.

Ponlo todo en un bol grande. Añade el arroz cocido y las lentejas y mezcla muy bien. Incorpora el tomate concentrado, la levadura nutricional, el romero y la albahaca y los ajos picados.

Ahora, en una picadora o procesador de alimentos, pica la avena. No quieres transformarla en harina, solo romperla un poco.

Ahora, decide si quieres usar nueces o pan rallado. Las nueces hay que transformarlas en harina. Yo usé pan rallado. Da una textura muy tradicional, el pan rallado, aunque también las probaré con nueces, porque nunca voy a desdeñar ningún plato con nueces. Pero el pan rallado me venía más a mano y no tenía que molerlo ni nada. Cuando llevas cocinando todo el día, lo cómodo gusta mucho. Si usas pan rallado, rocíalo con el agua para humedecerlo. Echa o las nueces o el pan rallado al bol y mezcla muy bien, amasando, con las manos. La mejor manera es apretar la masa como cuando cogías un pegote grande de plastilina y lo querías deshacer. Cerrando el puño. Así. Cuando esté toda la masa bien amalgamada, coge una cuchara de helado (o una normal) y haz bolas del mismo tamaño (mi cuchara mide 1 cucharada americana) y ponlas en la bandeja de hornear.

Hornea de 30 a 35 minutos, saca y ya están listas para utilizarlas como quieras. Se pueden comer así tal cual o añadirles salsa.

Hay una salsa de tomate con almendras que hace la madre de una amiga mía para las albóndigas y que tengo que encontrar pero ya. Si me acuerdo qué madre de qué amiga las hacía…

Albóndigas

Sopa de garbanzos y arroz con col rizada

Esta sopa es muy suave, sabe a col y reconforta hasta a los muertos. A mí me encanta, la verdad. Además, tiene arroz (yo usé integral) y garbanzos, con lo que conseguimos proteínas completas… Por si acaso alguien se preocupa por las proteínas de los vegetarianos a estas alturas de la vida. Y es apta para celíacos, qué más se puede pedir. Es de la segunda edición del libro Vegan with a vengeance, que se publicó con nuevas recetas cuando hacía 10 años que Isa Chandra Moskowitz lo había sacado.

Ingredientes para 6 u 8 personas:

  • 115 gramos de anacardos crudos puestos en remojo toda la noche o, al menos, durante 2 horas
  • 215 gramos de garbanzos secos cocidos (una vez cocidos son 680 gramos)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cebolla mediana cortada a rodajas finas
  • 3 dientes de ajo muy picados
  • 1 cucharadita de romero seco
  • 3/4 cucharadita de tomillo seco
  • 1 cucharadita de sal
  • Pimienta negra recién molida
  • 160 gramos de arroz integral
  • 3 tallos de apio muy picados
  • 2 zanahorias grandes picadas a cubos
  • 1200 ml de caldo vegetal
  • 200 gramos de col rizada sin el tronco de las hojas y picada
  • Cebolleta (la parte verde) a rodajas para decorar

Preparación:

Escurre los anacardos y bátelos en una batidora potente con 230 gramos de agua hasta que sea una crema. Dependiendo de lo potente que sea tu batidora te puede llevar de 1 a 5 minutos. Para de vez en cuando para raspar las paredes e integrarlo todo.

Calienta una olla a fuego medio con el aceite de oliva. Saltea la cebolla con una pizca de sal unos 5 minutos, hasta que esté traslúcida. Añade el ajo, el romero, el tomillo, la sal y la pimienta y saltea 4 minutos más.

Agrega el arroz, el apio y la zanahoria. Dale unas vueltas y agrega el caldo. Tapa y lleva a ebullición. Cuando hierva, baja el fuego, añade los garbanzos y, cuando vuelva a hervir, cocina hasta que el arroz esté. Yo lo tuve algo más de 15 minutos porque mi arroz era integral, pero lo tenéis que ir comprobando.

Incorpora ahora la crema de anacardos y la col rizada y hierve, a fuego lento, hasta que la col se haya rendido, de 3 a 5 minutos más. Prueba de sal y deja reposar 10 minutos.

La sopa se espesa mucho cuando se enfría, así que cuando la recalientes, solo tendrás que agregar un poco de agua y dejarla a tu gusto.

Sopa de garbanzos y arroz con col rizada

Minestrone

La minestrone es una sopa italiana a la que se le echa un poquito de tó. Su base es una sopa de verduras, a la que se le puede añadir todo lo que dé la tierra en la estación en la que nos encontremos. Pero yo no como sopa en verano. Sí en otoño. Viva el otoño, con sus sopas calentitas. Como de costumbre, con las legumbres, uso la crock pot. En esta ocasión, la crock pot pequeña, para dos personas. La receta, de hecho, es de Vegan Slow Cooking for Two or Just For You.

Ingredientes para 3 raciones:

  • 475 mililitros de agua (yo tuve que añadirle un chorrito más porque mi crock pot hierve en LOW que no veas y se evapora)
  • 135 gramos de tomates en dados
  • 140 gramos de alubias blancas cocidas. Yo no las usé cocidas, porque ya las cuece la slow cooker. Usé 70 gramos de alubias crudas en remojo durante 8 horas. Lo aclaro porque hay crock pots que calientan más y otras que calientan menos. La mía las cuece. Quizá otra no lo haga.
  • 60 gramos de calabaza o calabacín en dados
  • 25 gramos de apio picado fino
  • 30 gramos de zanahoria en cubitos
  • 1 pastilla de caldo vegetal (usé una cucharadita de caldo concentrado)
  • 2 dientes de ajo muy picados
  • 1 cucharada de cebolla cocida casi caramelizada
  • 1/2 cucharadita de orégano seco
  • 1/2 cucharadita de mejorana seca
  • 1/4 cucharadita de romero seco o 1/2 cucharadita de romero fresco
  • 50 gramos de judías verdes picadas. Si las usas congeladas, déjalas descongelar.
  • Pasta corta para servir
  • Parmesano vegano para servir
  • Albahaca fresca para servir

Preparación:

Pon todos los ingredientes, excepto las judías verdes, la pasta y el parmesano vegano en la crock pot. Cocina en LOW de 7 a 9 horas.

Media hora antes de servir, añade las judías verdes y ponla en HIGH. Han de estar 30 minutos o hasta que las judías estén tiernas.

Para servir, cuece la pasta aparte y añádela a la sopa. Agrega también parmesano vegano y puedes adornar con albahaca fresca.

Minestrone

Seitán mediterráneo

Las magas del seitán son Isa Chandra Moskowitz y Terry Hope Romero, a las que nunca me cansaré de publicitar convenientemente. porque creo que son las mejores cocineras que hay encima de la tierra. El seitán este que voy a poner ahora es de Terry. Uno de mis sueños es (lo voy a confesar) hacer con alguna de las dos un taller de cocina vegana. Ahora pienso que, si yo hubiera ido a Nueva York en estos tiempos (¿se apunta alguien a un viaje culinario a Nueva York?) habría buscado talleres y cursos… y habría llevado una maleta vacía para llenarla de productos del Williams Sonoma. Ay. Soñar, qué precioso es. Creo que he dicho más de una vez que el seitán comprado me parece (lo siento, industria) la cosa más asquerosa del mundo. Pero desde que hago el tomate frito casero yo, las salsas de tomate compradas también me lo parecen.

Ingredientes:

  • 350 gramos de caldo vegetal frío
  • 4 dientes de ajo muy picados
  • 45 gramos de salsa de soja (3 cucharadas)
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 3 cucharadas de tomate concentrado
  • 260 gramos de gluten de trigo
  • 16 gramos de levadura nutricional o levadura de cerveza
  • 30 gramos de harina de garbanzos
  • 2 cucharaditas de orégano seco desmenuzado
  • 2 cucharaditas de romero seco desmenuzado

Preparación:

Para desmenuzar el orégano y el romero, ponlos en un cuenquito y apriétalos con los dedos.

Precalienta el horno a 180ª C.

En un bol, pon el caldo, el ajo picado, la salsa de soja, el tomate concentrado y el aceite.

En otro bol, pon el gluten, la levadura, la harina de garbanzo, el orégano y el romero. Ahora, añade el contenido del bol de los líquidos y remuévelo con una cuchara de madera. Verás cómo se integran y se hace una masa. Cógela, ponla en la encimera y amasa unos 3 minutos: deja reposar 10.

Divide la masa en cuatro partes. Corta cuatro piezas de papel de aluminio. También se puede hacer con papel film resistente al horno. Engrasa el papel de aluminio con aceite de oliva y un pincel de repostería (de estos de silicona). Dale forma de chorizo a cada trozo de masa entre las manos. Pon cada trocito de masa en el papel y haz un caramelito, pero sin que esté muy apretado, porque el seitán se expandirá.

Hornea de 32 a 34 minutos. Saca del horno y deja enfriar 45 minutos sin desenvolver. Luego ya lo puedes cortar, congelar (se descongela en el frigorífico) o usar para otros platos. Si lo guardas en la nevera, dura 3 días.

Seitán mediterráneo

Seitán en crock pot

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Nunca había hecho seitán en la crock pot. De hecho, nunca he hecho seitán cocido, solo al vapor o al horno: en el blog tenéis muchas recetas. Tenía una slow cooker de 4 quarts cuando decidí comprar otra más pequeña (sí, quien la prueba, se enamora). ¿Por qué razón? Porque en la grande sale mucha cantidad. Y luego congelo. Todavía tengo que observar si necesito un congelador externo en mi casa nueva, porque estos meses de teatro han sido tan caóticos (y divertidos) que he cocinado lo mínimo imprescindible. Así que, con una olla lenta pequeña, puedo hacer recetas que me sirvan para la cena. La estrené con este seitán que escogí del libro Vegan Slow Cooking for Two or Just for You.

003 Italian seitan coins

Ingredientes para 6 raciones:

  • 700 mililitros de agua
  • 2 cubitos de caldo vegetal
  • 130 gramos de gluten
  • 1 cucharadita de albahaca seca
  • 1 cucharadita de tomillo seco
  • 1 cucharadita de mejorana seca
  • 1/2 cucharadita de pimienta
  • 1/2 cucharadita de cebolla en polvo
  • 1/4 cucharadita de cayena en polvo
  • 1/4 cucharadita de romero seco
  • 1/4 cucharadita de sal fina
  • 165 gramos de agua

001 Italian seitan coins

Preparación: 

Pon los 700 mililitros de agua y las dos pastillas de caldo en una olla lenta de 1.2 a 2 quarts y ponla en HIGH mientras preparas el seitán. Que no se te olvide la tapa.

En un robot de cocina, con el accesorio de amasar, pon el gluten y las hierbas y pulsa para que se integre. Añade la mitad del agua y amasa hasta que se absorba. Agrega luego la otra mitad del agua. Ten en cuenta que las distintas marcas de gluten absorben distintas cantidades de agua, así que ve observando: tiene que quedar una masa.

Pásala a la encimera y amasa durante cinco minutos. Deja reposar, para que el gluten se desarrolle. Corta la masa en ocho trozos, da forma de salchicha (bueno, a mí no me quedaron muy bien, la verdad) y, con un cuchillo afilado, córtala en rodajitas. Ponlo en la slow cooker y cuece en HIGH de 2 a 3 horas, hasta que veas que el gluten comienza a flotar. El mío comenzó a flotar a la hora y poco, pero yo lo dejé dos igualmente.

Guárdalo en la nevera (3 días) o congélalo con su caldo. Descongélalo en el frigorífico. No tires el caldo, que te servirá para hacer más seitán, o para risotto o para una sopa.

Seitán en crock pot

Ragú de seitán

He estado en Florencia. No tengo ni idea de italiano, pero me traje tres libros porque me enamoré de la minestra di farro y porque adoré la cocina italiana hecha en Italia, que no tiene nada que ver con lo que pensamos que es cocina italiana. Y además, he estado en Florencia y me compré tres libros de cocina, dos vegetarianos y uno que no lo es, pero que tiene un sinfín de platos veganos. He hecho este ragú de seitán, con el seitán rojo al vapor y ha quedado riquísimo. Sí, vamos a hacerle los honores a Italia y a comerlo en una lasaña, por ejemplo…

Receta de Vegan, la nuova scelta vegetariana.

Vegan

Ingredientes para 3 raciones:

  • 240 gramos de seitán
  • 1 cebolla mediana
  • 1 zanahoria
  • 1 rama de apio
  • 1 diente de ajo
  • 1 rama de romero fresco (o un poquito de romero seco)
  • 750 mililitros de salsa de tomate
  • 1/2 taza de vino tinto
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • sal

Preparación:

Freír el ajo, la cebolla y el romero fresco en 2 cucharadas de aceite y salar al gusto. Todo ha de estar, por supuesto, bien picadito.

Añadir la zanahoria y el apio, sin hilos, bien picaditos también y freír a fuego medio-alto durante otros 3 minutos.

Agregar el seitán, que tiene que estar también bien picadito (queremos hacer un ragú) y revolver para que se mezcle bien. Déjalo dorar unos minutos.

Añade media taza de vino tinto. Continúa sofriendo así el seitán y, cuando comience a pegarse al fondo o cuando se haya evaporado todo el vino, apártalo del fuego y déjalo reposar diez minutos.

Mezcla bien y vuelve a ponerlo al fuego.

Luego, agrega la salsa de tomate. Cuécelo durante 30 o 40 minutos más, a fuego medio-bajo. Si resulta la salsa demasiado líquida, continúa cociendo hasta que se evapore todo el líquido.

Ragú de seitán

Crema de calabaza y manzana con jengibre

Los que me siguen ya saben que yo, como soy un poco inútil en esto de las lides culinarias, sigo las recetas al pie de la letra. Pero a veces, oye, se me olvida algún ingrediente que no tengo y al final hago lo que me parece. Eso es lo que me pasó con esta crema. Me había sobrado calabaza de hacer los falafels de calabaza y buscaba una receta de crema o algo, porque la calabaza congelada se pone pachucha del todo. En Appetite for Reduction vi una con manzanas rojas y zumo de manzana. Yo no tenía manzanas rojas, pero sí Golden, y el zumo de manzana… se me olvidó. De hecho, es que pensé que ponía «vinagre de manzana». Así que hice, al final, lo que Dios me dio a entender. Y no me arrepiento, porque está muy buena, realmente. Y ya tengo una excusa para hacerla «tal cual es» y ver las diferencias.

Para 6 personas

Ingredientes:

  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cebolla mediana, picada en trozos pequeños
  • 1 cucharadita de jengibre fresco rallado
  • 3 dientes de ajo picados
  • 2 cucharaditas de romero seco
  • ½ cucharadita de sal
  • 1 kg y 350 gramos de calabaza Cucurbita moschata (la alargada), pelada, sin las semillas y cortada en trozos de 1 cm.
  • 450 gramos de manzanas Golden, peladas, sin el corazón y cortadas en trozos de 1 cm.
  • 2 tazas de caldo vegetal (medio litro)
  • 2 tazas de agua (es decir, medio litro)
  • 1 cucharadita de zumo de lima recién exprimido

Preparación:

Precalienta una olla grande a fuego medio. Saltea la cebolla en el aceite hasta que esté traslúcida, de 5 a 7 minutos.

Añade el jengibre y el ajo, los copos de pimiento rojo, el romero y la sal y saltea un minuto más. Agrega la calabaza, las manzanas, el zumo de manzana y el caldo. Tapa la olla y llévalo a ebullición. Una vez que hierva, baja el fuego un poco y deja que hierva con brío unos 20 minutos o hasta que la calabaza esté tierna.

Haz un puré con la sopa con la ayuda de una batidora: lo puedes dejar como un puré bien hecho o con algunos trocitos. Añade el zumo de lima y sirve.

Crema de calabaza y manzana con jengibre