Las pintadas son unas gallinas súper bonitas y nos gustan vivas, así que esta receta tradicional (sacada del libro «Cocina española», de Blanca Serrano) la hemos hecho con soja texturizada, porque para qué vamos a matar y a desplumar a un animal existiendo la marca de soja Vantastic Foods, que compro, como siempre, en Vegan Place.
La he hecho en la Cook Expert, pero, como siempre, pongo las dos opciones.
Soja con el vino
Ingredientes para 5 raciones:
100 gramos de soja texturizada en tiras o en cubos
2 chalotas
100 gramos de tomate, pelado y sin pepitas, cortado a cuadros
200 gramos de champiñones, limpios y picados a rodajas
200 gramos de cebollas, cortadas en medias lunas. Son dos cebollas medianas.
100 gramos de zanahorias a rodajas finas. Son dos zanahorias medianas.
300 ml de vino tinto. Yo usé El Coto, que es un Rioja. Si podéis, usad vino tinto bueno para cocinar.
Un brick de nata. Yo usé nata de avena de 250 ml de Oatly.
2 cucharadas de aceite.
Sal
Pimienta negra
Está muy rico. Lo prometo.
Preparación:
En Cook Expert:
Pon, en la olla, el aceite, las chalotas, la cebolla y la zanahoria. Elige el programa Dorar 10 minutos. La temperatura es de 160º C y es un programa automático.
Añade los champiñones y los tomates y dora 10 minutos más.
Agrega ahora el vino, el brandy y la soja texturizada. Sí, no hace falta remojarla ni nada. Elige el programa Experto, 15 minutos a 140º C y velocidad 1A, sin el cubilete, porque queremos que se reduzcan el vino y el brandy. Añade sal al gusto y unos toques de pimienta negra recién molidad. Echa la nata y ponlo 5 minutos más.
Yo lo he servido con arroz integral.
Jugosísimo
Sin Cook Expert:
Calienta una olla grande a fuego medio. Calienta ahora las 2 cucharadas de aceite. Sofríe la chalota, la cebolla y las zanahorias 10 minutos. Añade los champiñones y el tomate y sofríe otros 10 minutos más a fuego más vivo, ponlo en medio alto. Sofríe esos 10 minutos o hasta que los champiñones hayan soltado el agua. Remueve de vez en cuando.
Añade el vino y el brandy con la soja texturizada, directamente del paquete, sin hidratar ni nada. Deja reducir. Te llevará de 10 a 20 minutos, depende de lo vivo que tengas el fuego. Salpimenta al gusto. Sigue removiendo de vez en cuando.
Incorpora la nata y deja cocer, removiendo también de vez en cuando. Prueba la sazón y sirve.
Queda salsita para mojar, así que yo lo serví con arroz integral y decoré con cebollino.
Comencé el año con un resfriado considerable, que me tuvo durmiendo algún día desde las ocho y media de la tarde y con dos cojines para poder respirar, con las mejillas, la nariz y la boca en carne viva y los ojos lagrimosos, lo cual no deja de ser un buen reflejo del estado de ánimo en el que he estado el último mes: lloroso y asfixiante.
A mí solo se me nota cuando escribo. En la vida diaria, bastante menos porque soy resolutiva y voy a trabajar con humor y esas cosas. El blog es otra clase de reducto: me sirve para anclarme, como una especie de diario en el que cuento muchas menos cosas de las que contaría en un diario escrito a mano (hace siglos que no escribo) y en el que intento diseñar una ruta de autocuidado. No es algo que no haya intentado antes, ojo. Lo intento siempre, de hecho, y en algunas épocas lo consigo y en otras no. He dejado de buscar explicaciones porque me cansé de mirarme. De hecho, el cansancio es una constante.
Tan lloroso y asfixiante ha sido mi mes que, en mi cocina, hay pañuelos por todas partes
Sí es cierto que, cuando retomo la rutina (y aún no he vuelto al deporte, porque comencé el año sacándome la segunda muela del juicio que me tenía que sacar -y mareándome en la operación, por cierto, tres veces-), todo se vuelve más fácil. Pero querría obligarme a hacer más ejercicio por las tardes y eso pasa por no pensar que ir a hacer deporte es “no tener la tarde libre”. A ver cómo me voy apañando en esta reestructuración de pensamiento.
En mi mundo perfecto e ideal, como escribo asfixiadita, con congestión nasal y más mocos de los que pensaba que mis fosas nasales podían acumular en la vida, los cuidados pasarían por relaciones vecinales cohesionadas y perfectas, con la suficiente confianza como para que supieran que no como animales y me hicieran puré y calditos y sopas de verduras, que es lo único que me apetece comer cuando tengo frío en todo el cuerpo. Y que me arroparan. De verdad: necesito que alguien me arrope algún día. Y que me traiga una sopa. Y me la caliente. Y luego recoja y me acompañe a la cama y me dé un besito en la cabeza, me ahueque las dos almohadas que necesito ahora mismo para no morir sin aire en los pulmones y luego se vaya a su casa.
Pero existen los amigos. Y Mané, que antes estaba en la tele y ahora ha venido a la radio y que es el marido de mi amiga Sandra, me hizo una sopa de ajo (ella la odia, pero come fabada de lata. Sin comentarios) y también me regalaron unas cremitas para el cuerpo.
Sopa de ajo hecha por Mané y regalito de Sandra
Y me puse a hacer potajes y cocidos como si no hubiera un mañana. Tenía un montón de verdura del grupo de consumo de Las Huertas del Abrilongo, toda ecológica y de temporada, así que cocino con eso: con calabaza, brócoli, coliflor, zanahoria, acelgas… También tenía una mezcla de pimientos verde y rojo, cebolla y tomate deshidratado que me regalaron, pero, como nadie los va a tener, pues haced un sofrito de tomate, cebolla y pimiento como lo hagáis normalmente (yo, más tomate que pimiento) y tan ricamente.
Ingredientes para 4 raciones de las mías:
280 gramos de garbanzos lechosos puestos a remojo toda la noche
75 gramos de cebolla (1 cebolla pequeña)
100 gramos de zanahoria (un par de zanahorias), cortadas a trozos pequeños, del tamaño de un bocado
275 gramos de calabaza cacahuete
2 cucharadas soperas (25 gramos) de mezcla de pimiento, cebolla y tomate deshidratados
100 gramos de acelgas, limpias y cortadas a tiras
2 cucharadas de tomate concentrado
1 cucharada de aceite de oliva
720 ml (3 tazas) de caldo vegetal
Potajito calentito para el invierno helado
Preparación:
He utilizado la Instant Pot, que es una olla rápida, pero eléctrica. Pulsa el botón Sauté y añade 1 cucharada de aceite de oliva. Agrega la mezcla deshidratada de cebolla, tomate y pimientos y la cebolla cruda y saltea unos 5 minutos. Ahora, añade la calabaza y la zanahoria y dale unas vueltas unos 3 minutos más.
Agrega los garbanzos y el caldo. Cancela el programa Sauté y pon la tapa. Ten cuidado de que la válvula esté en posición Sealing y programa en modo manual 15 minutos. Cuando acabe, deja que el vapor salga de forma natural.
Quita la tapa y vuelve a pulsar Sauté. Agrega las acelgas en tiras y sal al gusto y deja cocer unos 2 minutos, hasta que se rindan. Deja reposar un poco y ya lo puedes servir.
Tengo olla rápida normal, de las que se ponen al fuego:
Pues es exactamente lo mismo, pero con la olla en el fuego y sin pulsar botones.
No tengo olla rápida. Solo tengo un perol de los de toda la vida:
Pues también es exactamente igual. Se sofríen los ingredientes, se echan el caldo y los garbanzos, se lleva a ebullición, se tapa y se baja el fuego. Eso sí: tendrás que ir comprobando qué tiempo tardas en cocer los garbanzos.
«Las cuezo con una hoja de laurel y media cebolla y le hago un sofrito, tomate, cebolla, ajo y pimiento verde y en el sofrito rehogo la morcilla. Se saca la morcilla,se bate el sofrito y se añade a las judías. Se deja cocer todo junto como 10 minutos. Yo cuando bato el sofrito le echo una cucharada de judías: quedan mas espesitas».
Este es, literalmente, el mensaje de WhatsApp de mi madre cuando le dije que tenía una morcilla vegana, regalo de Vegan Place, que es esta:
Morcilla riquísima
Total, que la tenía muerta de risa en el frigorífico y pensé: «ya ha llegado el fresco, apetece un potajito, mi madre hace unas judías tremendas…» y le pedí la receta. Luego la llamé por teléfono, porque ella usa la olla rápida y me dice: pues vas viendo. En la olla rápida. A poner ollas rápidas, que para eso tengo tres. La receta se puede hacer en crock pot también y así, con una cocción lenta, las legumbres son muy digestivas. Pero yo las necesitaba para comer a mediodía y puse la olla rápida… Y, además, esta receta es asombrosamente fácil…
Fabada
Ingredientes para 5 raciones:
1 morcilla vegetal. La podéis comprar o hacerla vosotros. Yo nunca la he hecho. También le podéis poner chorizo.
240 gramos de alubias blancas. Yo usé de las pequeñas porque no tenía fabes. Se ponen a remojo durante 8 horas como mínimo.
1 hoja de laurel
1 casco de cebolla
1 cebolla pequeña
1 tomate pequeño
1 pimiento verde pequeño (Cristina, por ejemplo, le pone pimiento rojo)
2 dientes de ajo picados
Agua
2 cucharadas de aceite de oliva
Sal al gusto
Fabada
Preparación:
En la olla rápida, pon las judías blancas escurridas, la hoja de laurel y el casco de cebolla. Ahora, las cubres de agua, pero que el agua no sobresalga más de un dedo. El tiempo de cocción depende de la dureza de las judías, pero sí: mi madre lo dijo bien: hay que ir mirando. Yo las tuve 6 minutos y me pasé un poco. Ponedlas 4 minutos a alta presión (en el 2 de la olla súper rápida, generalmente, o en HIGH si tenéis una Instant Pot). Dejad que el vapor salga de forma natural (es decir, apagad la Instant Pot y dejadla tranquila o quitad la olla del fuego y lo mismo, hasta que la válvula baje). Ahora, abrís la olla y comprobáis. El punto es que las alubias han de quedar duritas, pero hechas. O sea, no megaduras que no se les pueda hincar el diente. Las comes y dices: «esto me lo podría comer, pero estaría mejor con un minuto más». Pues así.
Echad el aceite de oliva en una sartén puesta a calentar a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente. añadid la cebolla, el pimiento y el tomate, cortado todo a trozos. Da igual que no sean muy pequeños, porque eso va luego a la batidora. Déjalo 7 minutos o así, dando vueltas de vez en cuando. Ahora. añade la morcilla entera y deja freír otros 10 minutos, dándole la vuelta a la mitad de la cocción. Las verduras han de quedar blanditas y pochaditas. Yo esto, cuando era novata en la cocina, no lo entendía: cuál será el punto del pochado. Pues ahora sé que se ve, porque la verdura se pone blanda y cambia de color y se deshace cuando le das un poco con una cuchara de madera.
Saca la morcilla. En el vaso de la batidora echa un cucharón del líquido de cocción de las alubias, un cucharón de alubias escurridas y el contenido de la sartén. Bate hasta que sea cremoso. Añádelo a las alubias, vuelve a ponerlas al fuego y tenlas cociendo hasta que estén blanditas y a tu gusto. Puede tardar 10 minutos o 15 o 20, depende de lo duras que las hayas dejado. Añade sal. Comienza con una cucharadita rasa, mueve la olla (en las alubias NO se mete la cuchara, que se deshacen) y prueba.
Sirve calentito y a disfrutar de la fabada.
Realmente, esto no es una fabada. Será más bien un potaje de alubias. Pero en mi casa extremeña le llamamos fabada y yo, las comidas de mi madre y el nombre que le da mi madre a sus comidas, no lo cuestiono ni se me ocurre. Soy capaz de ir a Asturias, ver una fabada y decir: eso no es una fabada ni es ná.
En Fitzroy, Victoria, Australia, que tiene 10.000 habitantes, hay un restaurante que se llama Smith & Daughters. Sí, vale: Fitzroy es como un barrio residencial de Melbourne, la capital del país, y ahí se celebra el Melbourne Fringe Festival, que es un referente mundial. Pero me da igual: se erige como ciudad y tiene 10.000 habitantes. ¡Es un puto pueblo!
Vivo en una región de un millón de habitantes en la que no hay ni un restaurante vegano. Ni uno.
Miro con envidia allende los mares y las fronteras. Algún día iré al Smith and Daughters. Su chef se llama Shannon Martínez. Su abuela es española. Así que mezcla sabores que da gusto. Y tiene ese toque de comida casera de aquí. Que el curry está muy bueno, pero yo echo de menos los sofritos. Su socia es Maureen Wyse. Os pongo el nombre de las dos para que babeéis con las cuentas de Instagram. Y la del restaurante.
A veces me parece que España está cuarenta años por detrás de cualquier avance social. Luego recuerdo que no me lo parece: que es una realidad. Si vives en Extremadura, ya puedes morir. Lechuga y tomate es lo máximo que te ofrecen en cualquier restaurante. Y mucho pan. La gente lleva a los niños a las vaquillas del aguardiente, tienes compañeros que celebran las capeas de su pueblo como si fueran un espectáculo de Neil Young, hay matanzas didácticas… Cuando veo las fotos que cuelga Claudia en su Instagram, quiero morir de la envidia. Qué de restaurantes. A mí, que me ponen fruta en las comuniones…
Picada de almendras
En fin: vivo donde vivo. En la comunidad autónoma sin (casi) opciones. Pero dejo de quejarme, que la receta que viene ahora está muy rica.
Sale un montón. No la pesé, porque yo echo tres cucharadas a los tuppers con albóndigas y luego lo que sobra lo guardo para soja texturizada y ya. Pero sale mucha cantidad. Vamos, para cuatro o cinco personas hay. Y para más.
Ingredientes:
Para la salsa:
60 ml (1/4 taza) de aceite de oliva
1 cebolla picada en cuartos
2 tallos de apio cortados en cuatro trozos
3 tomates en cuartos
250 ml (1 taza) de vino blanco
2 hojas de laurel
3 tallos de tomillo fresco o un poquito de tomillo seco (yo uso una pizca)
Un manojito de perejil, fresco, solo las hojas, picado
Un litro (4 tazas) de caldo vegetal
Para la picada:
2 cucharadas de aceite de oliva
2 rebanadas de pan bueno a cubitos (unos 100 gramos)
1 cucharada de ajo picado o majado (yo usé un ajo y ya)
80 gramos (1/2 taza) de almendras crudas, tostadas en una sartén sin grasa unos minutos
Un manojito de perejil fresco picado, solo las hojas
1 cucharada de pimentón dulce (así sabe mucho a pimentón: podéis ponerle menos)
Una pizca de azafrán
Un poco de piel rallada de un limón. La receta original pone «la piel rallada de un limón», pero queda con muchísimo sabor a limón y queremos sabores más equilibrados. Echad un poco de ralladura y ya.
1 cucharadita de tomillo fresco picado o 1/4 cucharadita tomillo seco
Picada de almendras
Preparación:
ConMyCook: Calienta el aceite 1 minuto a 120ºC y velocidad 1. Agrega el tomate, el apio y la cebolla y sofríe 5 minutos a 120ºC y velocidad 1. Echa el vino blanco por el boquete y, con el cubilete quitado, programa otros 10 minutos a 120º C y velocidad 2. Yo con esto tuve bastante, la verdad. Pero depende de lo que os guste de espeso. Agrega el caldo y ponlo 40 minutos a 120º C y velocidad 2, sin el cubilete. Así el líquido se evapora, se evapora el alcohol y se reduce todo.
Mientras tanto, haz la picada: Calienta el aceite en una sartén y fríe el pan a fuego medio-alto hasta que se dore por todas partes. Pásalo a un robot de cocina con el resto de los ingredientes y pica hasta que se forme una pasta. Añádelo a la salsa lentamente y remueve a fuego lento unos 5 minutos, hasta que espese. No te olvides de quitar el laurel cuando vayas a servir.
Sin MyCook: Primero, pica las verduras a cuadritos y pica muy bien el ajo, porque la MyCook pica, pero tú lo tendrás que hacer a mano. Para la salsa, calienta el aceite en un cazo a fuego lento. Agrega el tomate, el apio y la cebolla y fríe 5 minutos, removiendo de vez en cuando. Agrega el vino y las hierbas y y cuece hasta que se haya reducido a la mitad. Ahora, agrega el caldo y sube la temperatura. Ponlo a fuego medio y cuece hasta que la salsa se haya reducido a la mitad también.
Ahora, haz la picada, o mientras tanto, porque en reducir tardará (para que os hagáis una idea, yo en la MyCook lo tuve 40 minutos). Calienta el aceite en una sartén y fríe el pan a fuego medio-alto hasta que se dore por todas partes. Pásalo a un robot de cocina con el resto de los ingredientes y pica hasta que se forme una pasta. Añádelo a la salsa lentamente y remueve a fuego lento unos 5 minutos, hasta que espese. No te olvides de quitar el laurel cuando vayas a servir.
¿Conocéis esos propósitos de nuevo año que todo el mundo, yo incluida, se hace en algún momento entre una y otra resaca navideña? Yo me hago uno al mes: cocinar una receta o dos todos los fines de semana, para luego no darme la paliza de mi vida. Paliza que logra que no tenga ganas de entrar en la cocina ni para abrir un brick de leche de soja. Una paliza en la que, además, no he hecho tanto, porque, de verdad, yo soy muy lenta cocinando.
Gazpacho japonés
Y además, mi cocina solo tiene libre, sin muebles en la pared, la zona de la vitrocerámica, así que, si uso la MyCook, la pongo encima (tengo unos protectores molones, que compré por los gatos) y, si uso la Instant Pot, también, con lo cual ya no puedo usar MyCook, fuegos, ollas lenta y rápida a la vez… Y se me quemaría la comida de hacerlo, supongo.
Que adoro las sopas frías no es ningún secreto. Y que adoro a Mark Bittman quizá lo sea más, porque creo que nunca he contado lo mucho que le adoro. Esto es suyo, de un reportaje que puso en el New York Times hace mucho tiempo y que yo os enlazo, porque aquí vais a ver muchos, pero no todos (el de pimientos me lo voy a ahorrar, gracias). Un gazpacho es la cosa más simple del mundo y la más agradecida, si los ingredientes son buenos, así que, ahora que están los tomates en pleno apogeo, cambiad de sabores. Yo lo he llamado gazpacho japonés porque tiene salsa de soja, aceite de sésamo y vinagre de arroz. Y he variado la receta porque meterle tanto cilantro… Adoro el cilantro, pero tiene un sabor muy pronunciado y me dio miedito. La próxima vez, lo haré con él.
Ingredientes para 6 raciones:
1 kg de tomates de pera maduros
Un pepino mediano (unos 200 gramos)
2 rebanadas de pan gorditas (unos 80 gramos. Yo uso integral)
2 cucharadas de salsa de soja o de tamari, sin gluten
2 cucharadas de vinagre de arroz
2 cucharadas de aceite de sésamo tostado
Mark Bittman le pone 1/4 de taza (de las americanas) de cilantro, pero a mí se me olvidó
Gazpacho japonés
Preparación:
Se lavan bien los tomates y se pela el pepino. Se mete todo en la batidora y se bate bien. En la Mycook, como no pelo los tomates ni quito las semillas ni nada, lo pongo 5 minutos a velocidad progresiva 7-10 sin temperatura. Si vuestra batidora no es potente, lo pasáis después por el pasapurés y listo.
Aquí pongo el análisis nutricional para la receta entera que me pone la página de Chronometer. Ya iré actualizando las recetas con esto, cuando tenga tiempo, que, como podéis observar, ando bien escasa:
Ojo: no sabe a gazpacho tradicional. Si queréis gazpacho tradicional, esta receta es mejor.
J.L. Fields llama a este plato Mediterranean beans with greens, pero yo, greens no tenía y eché judías verdes. No tengo casi comida congelada y los fines de semana no son míos del todo. Este, día de la madre. A Badajoz. El que viene, comunión. A Badajoz. El domingo, viene Lara López a leer al WOMAD. Y, con Lara, viene Ferrán Fernández, el editor de Luces de Gálibo que siempre me trae galletas a Centrifugados. Y el siguiente me voy a Madrid para ver a Angelica Liddell. Y el siguiente al Poetas, de Madrid. En algún punto de mi vida debería cocinar. O acostumbrarme a hacerlo las tardes de los días de diario, pero ahora estoy cogiendo el coche lo máximo que puedo.
El primer día me fui al Mercadona, pensando que no habría nadie. Estaba allí todo Mérida. Así que me largué a dar vueltas por los pueblos. Fui a Calamonte y a Alange (la carretera de Alange es preciosa). Yo lo que tenía que haber hecho es irme a un polígono y luego a la ciudad, pero soy así de brusca. Al día siguiente sí que me fui al Polígono. Sigo sin saber aparcar, porque no cojo las medidas. En el garaje voy muy lenta, que es como hay que ir, por otra parte, porque solo hay una salida. Y ya le he hecho mi primer rayón con la columna.
Este fin de semana pasado he conducido Mérida-Badajoz y Badajoz-Mérida. Es autovía. Mi primera autovía de 50 y tantos kilómetros y se me hace eterna. De todos modos, me gusta conducir. O me gustará más cuando vaya segura.
Y así estoy. Como principiante conductora a los 42. Que no es lo mismo que hacerlo con 18, con ese cuerpo inmortal que Dios te ha dado, que cuando se te han muerto ya varios amigos en accidentes de coche.
Tengo la sensación de que todo lo hago tarde en esta vida.
Este platito tarda el tiempo justo. Menos mal que la cocina no falla. Bueno, a veces sí, pero esta receta no.
Alubias mediterráneas
Ingredientes para 8 raciones de las mías:
200 gramos (1 taza) de alubias blancas cannellini (de las pequeñas) puestas a remojo 12 horas o toda la noche
470 ml (2 tazas) de caldo vegetal
2 latas de 400 gramos de tomate picado
50 gramos (1/2 taza) de aceitunas verdes a rodajas
1 cucharadita de aceite de oliva
4 dientes de ajo muy picados
150 gramos de judías verdes hechas al vapor. La receta original usa rúcula.
120 ml (1/2 taza) de zumo de limón dividido en dos partes iguales (60 ml cada una o 1/4 taza)
1/2 cucharadita de orégano seco
1/2 cucharadita de albahaca seca
1/2 cucharadita de ajo en polvo
Para servir: cebada perlada, arroz integral, trigo cocido, avena en grano cocida, espelta cocida…
Alubias mediterráneas
Preparación:
Enjuaga y escurre las alubias.
Pon, en la olla, las alubias, el caldo, los tomates picados, las aceitunas, el ajo en polvo, el orégano y la albahaca. Tapa y cocina en presión HIGH (alta) de 6 a 10 minutos. Depende de tus alubias. Yo siempre lo pongo 8 minutos y luego voy mirando si le hace falta cocer un poco más. Deja salir el vapor de forma natural.
Mientras se hacen las alubias, calienta el aceite de oliva en una sartén a fuego alto. Agrega los ajos picados y sofríelos un minuto o dos. Añade las judías verdes y dales unas vueltas. Echa la mitad del zumo de limón y dale unas vueltas.
Cuando la olla se pueda abrir, quita la tapa y comprueba si las alubias blancas están cocidas. Si no lo están, ponlas unos minutos más. Añade el zumo de limón restante. Prueba la sazón. No lleva sal, pero no está soso.
Para servir, pon arroz o cebada o cualquier otro cereal cocidos e un plato, agrega las alubias y las judías verdes y a comer.
Yo podría escribir algo hermoso, porque hace mucho que no actualizo el blog, pero no soy capaz. Me duele la cabeza, me han salido infinidad de granos (iba a escribir «granitos», pero no son pequeños) por la primavera, tengo astenia, la regla se me lleva retrasando tres días (lo que significa que llegará en pleno esplendor, con dolores por doquier y náuseas y toda la equipación) y, como tengo las hormonas así y también hay elementos externos que influyen, me levanto llorando y me acuesto llorando.
Tapenade de berenjenas
Ah, la regla y los lloros no son material para un blog de cocina, pero yo creo que de la regla hay que hablar más.
Habría que hablar más de todo. De la regla, de la depresión, de la autoestima, de las gorduras, del amor, del desamor, del afecto, del rechazo, de cómo afecta el rechazo, de las muertes, de las relaciones, de la falta de relaciones, de los roles que adoptamos sin saber cómo salir de esos roles… De los problemas del Primer Mundo, en definitiva.
Pero bueno, hoy me dan el coche. Viene conmigo una amiga para llevarlo a mi casa. Luego yo me tengo que ir a que me den meneos en el hombro, porque me lo he dislocado. Mañana no podré cogerlo porque me largo a Cáceres a la feria del libro. Vuelvo por la mañana y por la tarde sí lo cogeré. Y el domingo, que viene una amiga mía a hacer prácticas conmigo.
Lo que pretendo hacer (es lo que me han dicho en la autoescuela que haga y soy así de obediente) es largarme bien temprano (yo, los fines de semana me despierto a las 6, igual que el resto de los días) a un sitio con cuestas y comprobar cómo funcionan los pedales. Y luego ya podré lanzarme por ahí.
Mientras tanto, esto está muy rico y es lo que voy a comer.
Tapenade de berenjenas
Ingredientes para 2 raciones:
250 gramos (3 tazas) de berenjenas sin pelar, bien lavadas y cortadas en cuadraditos
270 gramos (1 y 1/2 tazas) de tomate picado en cuadraditos o una lata de 410 gramos de tomates picados, sin escurrir
Una lata de 170 gramos de aceitunas verdes sin hueso a rodajas (yo puse 50 gramos)
4 dientes de ajo muy picados
2 cucharaditas de alcaparras, escurridas
de 1 a 2 cucharaditas de vinagre balsámico
1 cucharadita de albahaca seca o 1 cucharada de albahaca fresca
sal al gusto
pimienta negra
Preparación:
Pon las berenjenas, el tomate, las aceitunas, el ajo y las alcaparras en la crock pot. Cocina en LOW de 7 a 9 horas, hasta que las berenjenas se hagan.
Antes de servir, añade vinagre, sal y pimienta. Remueve bien y decora con la albahaca.
Todos los pueblos tienen su «santísima Trinidad». En Nueva Orleans, son el apio, los pimientos y la cebolla. En España, los pimientos, la cebolla y el tomate. En Italia no son tres, sino cuatro: apio, cebolla, zanahoria y tomate. Con estos ingredientes se hace el stracotto, que es una receta florentina. De hecho, la saqué de un libro que se llama «Florencia, el arte de la cocina» que compré allí mismo.
Florencia. Su vista más famosa, me temo
La cocina italiana hecha en Italia no tiene nada que ver con lo que conocemos aquí como cocina italiana. Esa es una frase que dice mucho mi amigo Marco Scalvini, italiano, que vivió cuatro años en Florencia y que fue mi guía espiritual en mi visita a la ciudad. Estuve una semana y me hizo falta otra semana más mínimo para ver todo lo que quería ver. No sé por qué hay gente que dice que Florencia se ve en dos días: yo estuve solo seis horas en la Galería Uffizi y me faltó mucho tiempo.
Stracotto. Plato florentino.
Ingredientes para 6 raciones:
5 cucharadas de aceite de oliva
150 gramos de filetes de soja. Yo los compro en Vegan Place.
1 cebolla a rodajas finas
2 zanahorias peladas y a rodajas finas
2 ramas de apio, sin los hilos y a rodajas finas
1 diente de ajo picado
100 ml de vino tinto
400 gramos de tomates de pera a cubitos (yo los uso de lata cuando no es temporada)
sal
perejil
unos toques de pimienta negra
Stracotto
Preparación:
Hidrata la soja en un bol tapado con agua hirviendo (también puedes poner caldo) durante 10 minutos. Mientras tanto, pon el aceite a calentar en una olla grande a fuego medio.
Cuando el aceite esté caliente, añade la zanahoria, el apio y la cebolla y sofríe 10 minutos, dando vueltas de vez en cuando. Añade el ajo picado y sofríe un minuto más. Ahora puedes hacer dos cosas: una, escurrir la soja y freírla en aceite aparte, hasta que esté doradita o dos, sin tanto miramiento, añadirla a la olla una vez escurrida y sofreírla durante unos 10 minutos o 15 hasta que se haya evaporado el agua. Si lo haces así, que es como lo hago yo, sube un poco el fuego. Sala al gusto y ve removiendo. También puedes añadir unos toques de pimienta negra. Si decides dorar la soja aparte, cuando esté lista, échala en la cazuela para seguir con la receta tal y como viene a continuación.
Ahora, sube el fuego: ponlo a fuego medio-alto y añade el vino. Deja que se evapore: tarda menos de 10 minutos. No te olvides de remover, que la soja se puede pegar un poquito. Ahora, añade los tomates, baja el fuego y cuece otros 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
La primera vez que comí albóndigas de berenjenas me las hizo mi amiga Cristina, del Voodoo de Badajoz, que ya tiene una carta vegana, incluidos postres, más que considerable (un brownie sin gluten, hecho con harina de almendras marconas, que es una delicia, por cierto). Fue para celebrar el comienzo de mi 2018: mi cena de Nochevieja fue maravillosa, desde luego.
Total, que busqué la receta, porque Cristina siempre las cambia y me vaciló muchísimo diciéndome que eran secreto de la cocinera. Ella les pone pan de centeno. Así que yo, que las he hecho dos veces, le puse pan de centeno también la segunda vez y están mucho más ricas.
Albóndigas de Cristina
Ingredientes para unas 24 albóndigas:
600 gramos de berenjenas, lavadas, con piel, en rodajas gorditas y luego en cuadrados.
4 dientes de ajo, pelados, partidos por la mitad y sin el germen
2 cucharadas (30 gramos) de aceite de oliva
60 ml (1/4 taza) de agua
180 gramos de pan de centeno duro
3 o 4 ramitas de perejil
4 hojas de albahaca
1 cucharada de semillas de lino molidas mezclada con 2 cucharadas de agua
1 cucharadita de sal fina
Unos toques de pimienta molida
Para la salsa de tomate:
800 gramos de tomates de pera (puede ser en conserva, de los que vienen en cubitos si no es temporada) picados a cuartos
50 gramos de aceite de oliva
2 dátiles sin el hueso
1/2 cucharadita de sal
1 cucharada de albahaca fresca picada
Albóndigas de berenjenas
Preparación en MyCook:
Para las albóndigas:
Calienta el aceite en el vaso durante 1 minuto a 120º C y velocidad 1.
Pon 2 dientes de ajo y las berenjenas y programa 6 minutos a 120º C y velocidad 1. Incorpora el agua y programa otros 6 minutos, pero a 100º C y velocidad 2.
Vierte el contenido de la jarra en un bol y deja templar unos 20 minutos. No laves el vaso.
Mientras, precalienta el horno a 180º C y prepara una bandeja con papel de hornear.
Pon en el vaso de la MyCook el pan de centeno, los otros 2 dientes de ajo, el perejil y la albahaca. Tritura 15 segundos a velocidad 10. Revuelve con ayuda de la espátula para ver si el ajo está muy picado. Si no, ponlo de 2 a 5 segundos más a velocidad 10. Baja los ingredientes con la espátula y coloca la mariposa en las cuchillas.
Añade el huevo de lino, las berenjenas, la sal y la pimienta. Mezcla 20 segundos a velocidad 3. Vuelve a poner el contenido de la jarra en un bol, remueve un poco con una cuchara de madera y forma las albóndigas. Salen unas 24.
Coloca en la fuente del horno y hornea 20 minutos.
Para la salsa:
Mientras se hornean las albóndigas, haz la salsa de tomate. Calienta el aceite en el vaso durante 1 minuto a 120º C y velocidad 1. Añade el tomate, los dátiles y la sal y sofríe 30 minutos a 120º C y velocidad 1. Vierte sobre las albóndigas, decora con la albahaca picada y sirve.
Si hay un libro de cocina vegana que sea estimulante y que no hayan escrito Isa Chandra Moskowitz ni Terry Hope Romero, ese es Cocina Vegana, de Jean-Christian Jury. Por cierto, el diario El Mundo le entrevistó. Dice cosas absurdas en la entrevista, pero es majete y recomienda restaurantes por todo el mundo. Y compila recetas de todas partes y su libro es una maravilla. La kale con salsa de cacahuete es un plato mauritano, por lo visto. No lo sé, porque nunca he estado en Mauritania. Pero este plato es riquísimo. Con arroz y algo de tofu, ya es un plato tremendamente completo. Esto es lo único que he cocinado en un fin de semana que pensaba tirarme haciendo nuggets y hamburguesas… porque soy tan fácil de convencer. Israel (no dejéis de hacer su ruta nocturna si venís a Mérida) iba a hacer su TFM en una casa rural en La Vera, para estar alejada del mundanal ruido. Y Ángel la lleva en coche, así que allá que nos fuimos los tres. A Villanueva de la Vera. Así que ya cocinaré en otro momento. El ocio va primero. Escaparse siempre va primero.
No pongo las raciones, porque depende. 450 gramos de berza parecen mucho, pero luego se quedan en nada. Si lo usáis como ración de verduras, pues entonces tendréis para dos raciones. Pero si lo usáis como acompañamiento de un arroz con seitán o tofu o algo y añadís ensalada o sopa cruda de verduras, pues tenéis para más.
Ingredientes:
2 cucharaditas de aceite de oliva virgen extra
Una cebolla roja picada en cuartos y luego a rodajas
4 dientes de ajo picados finos
2 cucharadas de jengibre fresco picado fino o rallado
1 cucharadita de comino molido
1400 ml de caldo de verduras
240 gramos de mantequilla de cacahuete, crujiente o suave, da igual
200 gramos de tomate triturado
450 gramos de kale limpia y picada
60 gramos de cacahuetes tostados y picados para adornar
Calienta el aceite en una olla grande a fuego medio. Añade la cebolla, el ajo y el jengibre y sofríe unos 5 minutos. Añade el comino y remueve bien, unos 30 segundos. Ahora, incorpora el caldo de verduras. Añade la crema de cacahuetes y remueve hasta que se disuelva por completo. Yo subo el fuego, para que el caldo hierva un poco, porque así es más fácil y rápido. Luego baja el fuego y ponlo a fuego medio y listo.
Añade el tomate triturado y la col y remueve bien. Tapa la cazuela y tenlo 45 minutos, removiendo de vez en cuando (yo pongo el temporizador y lo muevo cada 15 minutos). Salpimenta, remueve bien y sirve con los cacahuetes tostados por encima (yo no tenía, para variar) y sirve con arroz de grano largo y sriracha.